Tenemos que tomar conciencia que lo primero que tenemos que defender es la Vida, y que hoy está siendo atacada y criminalmente destruida en el seno de las mujeres, que debiera ser el lugar más seguro para el ser humano. Dios quiera que podamos entender que, aunque esté bien cuidar la ecología, la primer especie a cuidar es la nuestra:
¡EL SER HUMANO ESTÁ EN PELIGRO!
Marcha Pro Vida - 28 de Septiembre - 19 hs - Explanada de la Catedral - Córdoba
Cuidar de todas estas especies en peligro de extinción es un deber y obligación de todos, y sobre todo del estado mediante la sanción de leyes que protejan a todos ellos.
Pero al ser humano, ¿quién lo protege desde el comienzo de su existencia hasta el finalizar naturalmente la misma?.
Está científicamente probado que desde la concepción -fecundación del óvulo por el espermatozoide-, el cigoto tiene su propio y personal código genético completo, que irá desarrollándose de modo continuo y progresivo, desde la gestación y, luego del nacimiento, en la niñez, adolescencia, juventud y así hasta la muerte. En el cigoto está toda la biología del hombre. Por tanto, resulta evidente afirmar que, desde la concepción es un ser humano. El óvulo y el espermatozoide separados son sólo células germinales, que necesitan fecundarse para poder generar una nueva vida humana. Dichas células tienen la mitad de los cromosomas de los hombres; una vez unidos, nos ponen en presencia de una nueva persona humana.
Por su parte Jean Rostand, premio Nobel de biología señaló: “existe un ser humano desde la fecundación del óvulo. El hombre todo entero ya está en el óvulo fecundado. Está todo entero con sus potencialidades…” (confr. Revista Palabra n° 173, Madrid, enero 1980).
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