domingo, 13 de diciembre de 2009

DESTRUIR AL NIÑO JESÚS


Por Julia Regina de Cardenal (Columnista de El Diario de Hoy)
Miércoles, 9 de Diciembre de 2009
Es increíble que en algunos países, que se definen "progresistas", le hayan declarado la guerra a un bebé que viene a traer la paz al mundo. Quieren prohibir que se desee una "Feliz Navidad" a los demás, porque lo consideran una grave ofensa y una "imposición" en contra de la "tolerancia". Las tiendas están llenas de miles de adornos de Navidad bellísimos, pero es difícil encontrar un Nacimiento.

Veamos cómo esos grupos que exigen tolerancia, atacando la moral y al cristianismo, imponen sus ideologías sobre los demás:

En un reciente concierto para todo público, estaba una familia tranquilamente sentada mientras dos mujeres comenzaron a besuquearse enfrente de ellos. Les pidieron que pararan o se fueran a otro lugar, por haber niños presentes. Esto provocó que ellas lo hicieran más.

En el parque infantil de Disney celebran el día de los gays todos los años y los padres de familia, que llegan a pasear con sus hijos tienen que callar mientras dos hombres o dos mujeres se besan y acarician enfrente de sus hijos. Ellos no consideran eso una imposición.

El mes pasado en Argentina hubo una manifestación de feministas pro aborto y lesbianismo que pretendían profanar unas iglesias. Las familias católicas se pararon frente a los templos a rezar el Rosario, poniéndose los hombres y jóvenes enfrente para proteger a las mujeres y niños. Estos fueron víctimas de insultos, escupitajos, les pintaron bigotes, mientras ellos seguían rezando. Cuando vieron que no les funcionaban sus ataques se desnudaron de la cintura para arriba, bailando enfrente de ellos y pasándose unos Rosarios por sus genitales. Algo parecido pasó en Colombia este mes.

En algunos países, donde se ha legalizado el aborto, obligan a los médicos a hacer abortos, auque esto vaya en contra de su conciencia. Si se oponen, les revocan la licencia o hasta pueden ir presos. Todo en nombre de la tolerancia.

La Sagrada Familia tuvo problemas gravísimos desde su inicio: San José se dio cuenta de que la Virgen estaba embarazada, y que el bebé no era de él. Por fe creyó lo que el ángel le dijo en un sueño: que era hijo del Espíritu Santo. El niño nace en la pobreza extrema y luego es perseguido a muerte por Herodes, teniendo que huir a Egipto. Al crecer y comenzar su vida pública es traicionado por uno de sus mejores amigos, fue víctima de la peores torturas y humillaciones hasta morir en la cruz. La Virgen no perdió la paz, porque confiaba y amaba la voluntad de Dios.

En pleno segundo milenio todavía se le ve como un monstruo, al que hay que destruir como sea. ¿Cuál es el odio contra un bebé? ¿Cuál es el miedo? Por eso no extraña también el odio contra millones de bebés, que se consideran un enemigo terrible y los cuales deben de ser torturados y destruidos en el aborto. Los cristianos tenemos que hacer mucho apostolado, siguiendo el ejemplo de Jesús, sin temor a las arremetidas de nadie.

Que la Sagrada Familia nos sirva de modelo para que sepamos cómo vivir dentro de nuestras familias, a pesar de las contradicciones y problemas que se nos presenten. Que confiemos que todo es para bien, como lo hicieron San José y la Virgen, aunque no sepamos por qué nos suceden algunas contradicciones, enfermedad, muerte en la familia, etc. Dios sabe más. Que nos propongamos una mejor preparación en este adviento en familia, para que verdaderamente permitamos que el Niño Dios nos traiga la paz, la armonía, el optimismo y felicidad sobrenatural y humana. ¡FELIZ NAVIDAD!

Fuente: www.elsalvador.com



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