lunes, 28 de diciembre de 2009

Sin las familias, “Europa se quedaría sin el futuro del amor”


Homilía del cardenal Rouco en la misa de las Familias de Europa en Madrid

MADRID, domingo, 27 de diciembre de 2009 (ZENIT.org).- Publicamos la homilía que pronunció el cardenal Antonio María Rouco Varela, arzobispo de Madrid y presidente de la Conferencia Episcopal Española, durante la misa que congregó este domingo de la Sagrada Familia a familias de Europa en la plaza de Lima en Madrid.

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Mis queridos hermanos y hermanas en el Señor:

Una vez más, una Plaza madrileña, la Plaza de Lima, nos ofrece un bello marco para celebrar la Fiesta de la Sagrada Familia públicamente ante la sociedad y ante el mundo como "una Misa de las Familias": de las familias de Madrid y de toda España. Así sucedió el pasado año. Hoy, además, como una Eucaristía de las familias de toda Europa. Me es muy grato, por ello, saludar con afecto fraterno en el Señor a los Sres. Cardenales, Arzobispos y Obispos de las Diócesis de España, pero, especialmente, a los hermanos venidos de Roma y de diversos países europeos. En un lugar destacado quisiera hacerlo con el Sr. Cardenal Prefecto del Pontificio Consejo para las Familias, que subraya con su presencia el valor pastoral que le merecen al Santo Padre y a sus colaboradores más próximos nuestra iniciativa a favor de la familia. El luminoso y siempre certero mensaje del Papa Benedicto XVI no nos ha faltado tampoco en esta ocasión en que la Eucaristía de las familias cristianas de España se abre a las Iglesias particulares de Europa. Mi saludo muy cordial se dirige también a los innumerables hermanos sacerdotes españoles y europeos, cercanos siempre a las familias que ellos atienden y sirven con cuidadoso celo y caridad pastorales. Nuestro más efusivo saludo va dirigido, sin embargo, a las innumerables familias - abuelos, padres, hijos, hermanos... - que se han sacrificado para venir a Madrid y poder celebrar en esta fría mañana madrileña, unidos en una extraordinaria asamblea litúrgica con los fieles de nuestra diócesis, la Acción de Gracias eucarística con alegría jubilosa por el inmenso don de la familia cristiana: familia que se mira en la Sagrada Familia de Nazareth como el modelo insuperable y decisivo para poder vivir en plenitud la riqueza de la gracia del matrimonio cristiano en el día a día del crecer y del quehacer de la propia familia. La familia cristiana sabe, además, que en Jesús, María y José, encuentra el apoyo sobrenatural necesario que le ha sido preparado amorosamente por Dios para que no desfallezca en la realización de su hermosa vocación.

Vuestra multitudinaria presencia, queridas familias, y vuestra participación atenta, piadosa y activa en esta celebración eucarística habla un claro y elocuente lenguaje: ¡queréis a vuestras familias! ¡queréis a la familia!; ¡mantenéis fresca y vigorosa la fe en la familia cristiana!; estáis seguras, compartiendo la doctrina de la Iglesia una, santa, católica y apostólica, de que el modelo de la familia cristiana es el que responde fielmente a la voluntad de Dios y, por ello, es el que garantiza el bien fundamental e insustituible de la familia para sus propios miembros -los padres y los hijos en eminente lugar-, para toda la sociedad y, no en último lugar, para la Iglesia. La Iglesia es, en definitiva, la "construcción de Dios", "en la que habita su familia", como enseña el Vaticano II; y la familia en ella es "Iglesia doméstica" (LG 6 y 11). Queridas familias cristianas: sois muy conscientes, incluso en virtud de vuestras propias experiencias de la vida en el matrimonio y en vuestra familia, de que ese otro lenguaje de los diversos modelos de familia, que parece adueñarse, avasallador y sin réplica alguna, de la mentalidad y de la cultura de nuestro tiempo, no responde a la verdad natural de la familia, tal como viene dada al hombre "desde el principio" de la creación y de que, por ello, es incapaz de resolver la problemática tantas veces cruel y dolorosa de los fracasos materiales, morales y espirituales que afligen hoy al hombre y a la sociedad europea de nuestro tiempo con una gravedad pocas veces conocida por la historia. Queridas familias: porque queréis vivir vuestra familia en toda la verdad, la bondad y la belleza que le viene dada por el plan salvador de Dios, estáis aquí como protagonistas del nuevo Pueblo y de la nueva Familia de Dios, que peregrina en este mundo hacia la Casa y la Gloria del Padre, celebrando con la Iglesia el Sacramento del Cuerpo y de la Sangre de Cristo, culmen y fuente de toda la vida cristiana -y consecuentemente ¡de la verdadera vida de vuestras familias!- como una Fiesta, iluminada por la memoria, hecha actualidad, de la Sagrada Familia de Nazareth.

Con la Sagrada Familia, formada por Jesús, María y José, se inicia el capítulo de la nueva y definitiva historia de la familia: el de la familia, que, fundada por el Creador en el verdadero matrimonio entre el varón y la mujer, va a quedar liberada de la esclavitud del pecado y transformada por la gracia del Redentor. Acerquémonos pues con la mirada de la fe, clarificada por la palabra de Dios, a la realidad de esta familia, sagrada y entrañable a la vez, que abre a las nuestras el tiempo nuevo del amor y de la vida sin ocaso. Llama la atención desde el primer momento de su preparación y constitución que lo que guía y mueve a María y a José a desposarse y acoger en su seno al Hijo, a Jesús, es el cumplimiento de la voluntad de Dios sin condiciones; aunque, humanamente hablando, les cueste comprenderla. María dice "Sí" a la maternidad de su Hijo, que era nada menos que el Hijo del Altísimo. Lo concibe por obra del Espíritu Santo, siendo Virgen y permaneciendo Virgen. José acepta acoger a María en su casa como esposa, castamente, sabiendo que el Hijo que lleva en sus entrañas no es suyo, ¡es de Dios! Se abandonan a su santísima voluntad, sabiendo que responden así a los designios inescrutables, pero ciertos, del amor de un Dios que quiere salvar al hombre por caminos que le sobrepasan por la magnitud infinita de la misericordia que revelan. Son cada vez más conscientes de que a ellos se les ha confiado la vida y la muerte terrena de un niño, que es el Hijo de Dios, el Mesías, el Señor. Sí, sobre todo, lo sabe su Madre María que lo acompaña, a veces desde la distancia física, pero siempre desde una inefable cercanía del corazón hasta el momento de la Cruz: ¡la hora de la expropiación total del Hijo y de la Madre en aras del Amor más grande! En la escena del adolescente Jesús, perdido y hallado por sus padres en el Templo de Jerusalén, que nos relata hoy el Evangelio de San Lucas, se confirmaba y se preludiaba hasta qué grado de entrega y oblación de la vida conllevaba la aceptación amorosa de la voluntad del Padre: "¿Por qué me buscabais? ¿No sabíais que yo debía estar en la casa de mi Padre?". Y, aunque ellos no comprendieron del todo lo que les quería decir, su angustia precedente quedó enternecedoramente compensada por el Hijo: Jesús bajó con ellos a Nazareth y, bajo su autoridad, "iba creciendo en sabiduría, estatura, y en gracia ante Dios y ante los hombres". Y "su madre conservaba todo esto en su corazón". De aquel amor de María y José, amor de total entrega a Dios, y, por ello, de una fecundidad humanamente inimaginable, ¡sobrenatural!, surge la familia en la que nace, crece y vive el Salvador del hombre, el Autor de la Nueva Vida, el Cabeza del Nuevo Pueblo de Dios, el Primero entre una incontable multitud de hermanos, que habrían de configurar la nueva familia humana.

Queridas familias cristianas de España y de toda Europa: miraos a vosotras mismas como esposas y esposos, padres e hijos, en el límpido espejo de ese prototipo de la nueva familia querida y dispuesta por Dios en su plan de salvación del hombre, que es la familia de Jesús, María y José. ¿Verdad que también vosotros podéis certificar que, cuando todo ese edificio de íntimas relaciones personales entre vosotros y con vuestros hijos se fundamenta en la vivencia fiel y siempre renovada de vuestro compromiso contraído sacramentalmente en Cristo, ante Dios y ante la Iglesia, os es posible e incluso sencillo y gratificante configurar vuestra familia como esa íntima comunidad de vida y amor donde se va abriendo día a día, "cruz a cruz", el camino de la verdadera felicidad? Entonces os sentís "como elegidos de Dios, santos y amados, para revestiros "de la misericordia entrañable, bondad, humildad, dulzura, comprensión". Sabéis pedir perdón y perdonáis. Sabéis sobrellevaros y ¿os santificáis mutuamente? Colocáis por encima de todo "el amor" que "es el ceñidor de la unidad consumada". ¿En quién y en dónde podrán encontrar los niños, que van a nacer, los discapacitados, los enfermos, los rechazados... etc., el don de la vida y del amor incondicional sino en vosotros, padres y madres de las familias cristianas? ¿Hay quien responda mejor y más eficazmente a las situaciones dramáticas de los parados, de los ancianos, de los angustiados por la soledad física y espiritual, de los rotos por las decepciones y fracasos sentimentales, matrimoniales y familiares, que la familia verdadera, la fundada en la ley de Dios y en el amor de Jesucristo?

En esta madrileña Plaza de Lima, el día 2 de noviembre de 1982, el inolvidable Juan Pablo II, declarado Venerable el pasado día 19 de diciembre por nuestro Santo Padre Benedicto XVI, celebraba una Eucaristía memorable, convocada como "la Misa para las familias" en el tercer día de su largo primer viaje por toda la geografía de las Diócesis de España ¡Viaje Apostólico inolvidable! En su vibrante homilía se encuentra un pasaje, cuya vigorosa fuerza profética no ha perdido ni un ápice de actualidad. Permitidme que os lo recuerde:

"Además, según el plan de Dios, -afirmaba el Papa- el matrimonio es una comunidad de amor indisoluble ordenado a la vida como continuación y complemento de los mismos cónyuges. Existe una relación inquebrantable entre el amor conyugal y la transmisión de la vida, en virtud de la cual, como enseñó Pablo VI, "todo acto conyugal debe permanecer abierto a la transmisión de vida". Por el contrario, -como escribí en la Exhortación Apostólica "Familiaris Consortio"-"al lenguaje natural que expresa la recíproca donación total de los esposos, el anticoncepcionismo impone un lenguaje objetivamente contradictorio, es decir, el de no darse al otro totalmente: se produce no sólo el rechazo positivo de la apertura a la vida, sino también una falsificación de la verdad interior del amor conyugal.

Pero hay otro aspecto aún más grave y fundamental, que se refiere al amor conyugal como fuente de la vida: hablo del respeto absoluto a la vida humana, que ninguna persona o institución, privada o pública, puede ignorar. Por ello, quien negara la defensa a la persona humana más inocente y débil, a la persona humana ya concebida aunque todavía no nacida, cometería una gravísima violación del orden moral. Nunca se puede legitimar la muerte de un inocente. Se minaría el mismo fundamento de la sociedad."

Benedicto XVI nos enseña hoy, en medio de una crisis socio-económica generalizada, un cuarto de siglo después de la homilía de la Plaza de Lima, en su Encíclica "Cáritas in Veritate": "La apertura moralmente responsable a la vida es una riqueza social y económica... Por eso, se convierte en una necesidad social, e incluso económica, seguir proponiendo a las nuevas generaciones la hermosura de la familia y del matrimonio, su sintonía con las exigencias más profundas del corazón y de la dignidad de la persona. En esta perspectiva, los estados están llamados a establecer políticas que promuevan la centralidad y la integridad de la familia, fundada en el matrimonio entre un hombre y una mujer, célula primordial y vital de la sociedad".

El panorama que presenta la realidad de la familia en la Europa contemporánea no es precisamente halagüeño. El preocupante diagnóstico del estado de salud de la familia europea, que hacía en octubre de 1999 la II Asamblea Especial para Europa del Sínodo de los Obispos y que, después, Juan Pablo II recogía, detallaba y confirmaba en la Exhortación Postsinodal "La Iglesia en Europa", se ha ido agravando más y más. La actualidad del matrimonio y de la familia en los países europeos está marcada por la facilitación jurídica del divorcio hasta extremos impensables hasta hace poco tiempo y asimilables al repudio; por la aceptación creciente de la difuminación, cuando no de la eliminación, primero cultural y luego legal de la consideración del matrimonio como la unión irrevocable de un varón y una mujer en íntima comunidad de amor y de vida, abierta a la procreación de los hijos; por el crecimiento, al parecer imparable, de las rupturas matrimoniales y familiares con las conocidas y dramáticas consecuencias que acarrean para la suerte y el bien de los niños y de los jóvenes. A esta situación se ha añadido la crisis económica, con la inevitable secuela del paro y el desempleo como factor sobrevenido a la situación ya muy extendida de la crisis del matrimonio y de la familia. El derecho a la vida del niño, todavía en el vientre de su madre -del "nasciturus"-, se ve lamentablemente suplantado en la conciencia moral de un sector cada vez más importante de la sociedad, y en la legislación que la acompaña y la estimula, por un supuesto derecho al aborto en los primeros meses del embarazo. La vida de las personas con discapacidades varias, de los enfermos terminales y de los ancianos, sin un entorno familiar que las cobije, se ve cada vez más en peligro. Un panorama a primera vista oscuro y desolador. Sólo a primera vista. En el trasfondo alumbran los signos luminosos de la esperanza cristiana: ¡Aquí estáis vosotras, las queridas familias cristianas de España y de toda Europa, para dar testimonio de esa esperanza y corroborarla. Con el "sí" gozoso a vuestro matrimonio y a vuestra familia, sentida y edificada cristianamente como representación viva del amor de Dios -amor de oblación y entrega, ofrecido y fecundo también en "vuestra carne"- y con vuestro "sí" al matrimonio y a la familia como "el santuario de la vida" y fundamento de la sociedad, estáis abriendo de nuevo el surco para el verdadero porvenir de la Europa del presente y del futuro. Europa, sin vosotras, queridas familias cristianas, se quedaría prácticamente sin hijos o, lo que es lo mismo, sin el futuro de la vida. Sin vosotras, Europa se quedaría sin el futuro del amor, conocido y ejercitado gratuitamente; se quedaría sin la riqueza de la experiencia del ser amado por lo que se es y no por lo que se tiene. El futuro de Europa, su futuro moral, espiritual e, incluso, biológico, pasa por la familia realizada en su primordial y plena verdad. ¡El futuro de Europa pasa por vosotras, queridas familias cristianas!

Habéis recibido el gran don de poder vivir vuestro matrimonio y vuestra familia cristianamente, siguiendo el modelo de la Familia de Nazareth, y, con el don, una grande y hermosa tarea : la de ser testigos fieles y valientes, con obras y palabras, del Evangelio de la vida y de la familia en una grave coyuntura histórica de los pueblos de Europa, vinculados entre sí por la común herencia de sus raíces cristianas. Unidas en la Comunión de la Iglesia, alentadas y fortalecidas por la Sagrada Familia de Nazareth, por Jesús, María y José, la podréis llevar a un buen y feliz término. ¡Sí, con el gozo jubiloso de los que han descubierto y conocen que en Belén de Judá, hace dos mil años, nos nació de María, la Virgen y Doncella de Nazareth, el Mesías, el Señor, el Salvador, lo podréis!

Amén.

viernes, 25 de diciembre de 2009

MENSAJE DE NAVIDAD DE S.S. BENEDICTO XVI


CIUDAD DEL VATICANO, viernes, 25 diciembre 2009 (ZENIT.org).- Publicamos el mensaje de Navidad que pronunció Benedicto XVI a mediodía del 25 de diciembre desde el balcón de la fachada de la Basílica de San Pedro del Vaticano, antes de impartir su bendición "urbi et orbi":

Queridos hermanos y hermanas de Roma y del mundo entero,

y a todos vosotros, hombres y mujeres a quien Dios ama

"Lux fulgebit hodie super nos,

quia natus est nobis Dominus.

Hoy brillará una luz sobre nosotros,

porque nos ha nacido el Señor"

(Misal Romano, Natividad del Señor, Misa de la aurora, Antífona de entrada).

La liturgia de la Misa de la aurora nos ha recordado que la noche ya pasó, el día está avanzado; la luz que proviene de la gruta de Belén resplandece sobre nosotros.

Pero la Biblia y la Liturgia no nos hablan de la luz natural, sino de una luz diferente, especial, de algún modo proyectada y orientada hacia un "nosotros", el mismo "nosotros" por el que el Niño de Belén "ha nacido". Este "nosotros" es la Iglesia, la gran familia universal de los creyentes en Cristo, que han aguardado con esperanza el nuevo nacimiento del Salvador, y hoy celebran en el misterio la perenne actualidad de este acontecimiento.

Al principio, en torno al pesebre de Belén, ese "nosotros" era casi invisible a los ojos de los hombres. Como nos dice el Evangelio de san Lucas, incluía, además de a María y José, a unos pocos sencillos pastores, que llegaron a la gruta avisados por los Ángeles. La luz de la primera Navidad fue como un fuego encendido en la noche. Todo alrededor estaba oscuro, mientras en la gruta resplandecía la luz verdadera "que alumbra a todo hombre" (Juan 1,9). Y, no obstante, todo sucede con sencillez y en lo escondido, según el estilo con el que Dios actúa en toda la historia de la salvación. Dios quiere ir poniendo focos de luz concretos, para dar luego claridad hasta el horizonte. La Verdad, como el Amor, que ella contiene, se enciende allí donde la luz es acogida, difundiéndose después en círculos concéntricos, casi por contacto, en los corazones y en las mentes de los que, abriéndose libremente a su resplandor, se convierten a su vez en fuentes de luz. Es la historia de la Iglesia que comienza su camino en la gruta pobre de Belén, y a través de los siglos se convierte en Pueblo y fuente de luz para la humanidad. También hoy, por medio de quienes van al encuentro del Niño Jesús, Dios sigue encendiendo fuegos en la noche del mundo, para llamar a los hombres a que reconozcan en Él el "signo" de su presencia salvadora y liberadora, extendiendo el "nosotros" de los creyentes en Cristo a toda la humanidad.

Dondequiera que haya un "nosotros" que acoge el amor de Dios, allí resplandece la luz de Cristo, incluso en las situaciones más difíciles. La Iglesia, como la Virgen María, ofrece al mundo a Jesús, el Hijo que ella misma ha recibido como un don, y que ha venido para liberar al hombre de la esclavitud del pecado. Como María, la Iglesia no tiene miedo, porque aquel Niño es su fuerza. Pero no se lo guarda para sí: lo ofrece a cuantos lo buscan con corazón sincero, a los humildes de la tierra y a los afligidos, a las víctimas de la violencia, a todos los que desean ardientemente el bien de la paz. También hoy, dirigiéndose a la familia humana profundamente marcada por una grave crisis económica, pero antes de nada de carácter moral, y por las dolorosas heridas de guerras y conflictos, la Iglesia repite con los pastores, queriendo compartir y ser fiel al hombre: "Vamos derechos a Belén" (Lc 2,15), allí encontraremos nuestra esperanza.

El "nosotros" de la Iglesia vive donde nació Jesús, en Tierra Santa, para invitar a sus habitantes a que abandonen toda lógica de violencia y venganza, y se comprometan con renovado vigor y generosidad en el camino hacia una convivencia pacífica. El "nosotros" de la Iglesia está presente en los demás Países del Medio Oriente. ¿Cómo no pensar en la borrascosa situación en Irak y en el aquel pequeño rebaño de cristianos que vive en aquella región? Sufre a veces violencias e injusticias, pero está siempre dispuesto a dar su propia contribución a la edificación de la convivencia civil, opuesta a la lógica del enfrentamiento y del rechazo de quien está al lado. El "nosotros" de la Iglesia está activo en Sri Lanka, en la Península coreana y en Filipinas, como también en otras tierras asiáticas, como fermento de reconciliación y de paz. En el continente africano, no cesa de elevar su voz a Dios para implorar el fin de todo abuso en la República Democrática del Congo; invita a los ciudadanos de Guinea y del Níger al respeto de los derechos de toda persona y al diálogo; pide a los de Madagascar que superen las divisiones internas y se acojan mutuamente; recuerda a todos que están llamados a la esperanza, a pesar de los dramas, las pruebas y las dificultades que los siguen afligiendo. En Europa y en América septentrional, el "nosotros" de la Iglesia impulsa a superar la mentalidad egoísta y tecnicista, a promover el bien común y a respetar a los más débiles, comenzando por los que aún no han nacido. En Honduras, ayuda a retomar el camino institucional; en toda Latinoamérica, el "nosotros" de la Iglesia es factor de identidad, plenitud de verdad y caridad que no puede ser reemplazado por ninguna ideología, un llamamiento al respeto de los derechos inalienables de cada persona y a su desarrollo integral, anuncio de justicia y hermandad, fuente de unidad.

Fiel al mandato de su Fundador, la Iglesia es solidaria con los afectados por las calamidades naturales y por la pobreza, también en las sociedades opulentas. Ante el éxodo de quienes emigran de su tierra y a causa del hambre, la intolerancia o el deterioro ambiental se ven forzados a marchar lejos, la Iglesia es una presencia que llama a la acogida. En una palabra, la Iglesia anuncia por doquier el Evangelio de Cristo, no obstante las persecuciones, las discriminaciones, los ataques y la indiferencia, a veces hostil, que más bien le permiten compartir la suerte de su Maestro y Señor.

Queridos hermanos y hermanas, qué gran don es formar parte de una comunión que es para todos. Es la comunión de la Santísima Trinidad, de cuyo corazón ha descendido al mundo el Enmanuel, Jesús, Dios-con-nosotros. Como los pastores de Belén, contemplemos embargados de maravilla y gratitud este misterio de amor y luz. Feliz Navidad a todos.

La Virgen María, Chuck Norris y Obama

















Por Isabel Planas (Valencia)

En torno a la Navidad que conmemora el nacimiento de Jesús, el actor Chuck Norris ha arremetido contra la reforma sanitaria Obama. En una columna publicada en World Net Daily y titulada: “What if Mother Mary had Obamacare?”, (¿Qué le habría ocurrido a la Virgen María con la seguridad social de Obama?) Norris afirma: “María siendo adolescente y pobre, habría recibido ayuda y facilidades, vía Planificación Familiar, para interrumpir su embarazo. Por lo tanto, el Niño Jesús no habría nacido y… “¿qué habría sido del mundo?”. También lamenta la política proabortista de Obama cuando tantos de los norteamericanos, dice, se oponen al aborto. En EEUU la corriente provida ha alcanzado durante 2009 la mayor cota de las últimas décadas. El aborto cada vez está menos aceptado.
Fuente: http://www.diariosigloxxi.com

martes, 22 de diciembre de 2009

EL MITO DEL PREEMBRIÓN


PROF. DR. RICARDO SÁNCHEZ RECIO - ESPECIALISTA EN SALUD REPRODUCTIVA


Cómo poder justificar lo injustificable? Una manera es inventar nuevas palabras, como por ejemplo el neologismo "preembrión", recientemente incorporado por algunos científicos al debate bioético con intención de diferenciar los primeros 14 días de desarrollo del embrión como un estadio o una condición de vida prehumana del ser humano concebido. Las legislaciones de algunos países europeos como Alemania, Noruega, Dinamarca o Suiza, respetan la vida humana desde el momento de la concepción. Por ello prohiben, de forma coherente, la experimentación embrionaria en sentido amplio. España e Inglaterra, en cambio, consideran por decreto en sus legislaciones que la vida humana comienza a partir del día 14º de la fecundación y aceptan la experimentación en la fase previa que denominan de "preembrión", mediante este término se propone un estadio prehumano de vida, de dos semanas, que va desde la concepción o fecundación en el tercio externo de la trompa de Falopio hasta la aparición de las primeras células nerviosas o línea primitiva. De esta manera, al tratarse de una no-persona, según ellos, se puede lícitamente crear, experimentar, congelar, destruir, implantar, clonar, etc. sin ningún inconveniente jurídico por el atajo de una falacia semántica. El término "preembrión" carece de fundamento científico y pretende justificar diferentes investigaciones en el embrión, sin que existan trabas éticas y legales. Los datos embriológicos sin embargo, nos permiten afirmar que desde la fecundación existe un individuo de la especie humana. El periodo de 14 días fue propuesto por primera vez en 1979 por el Ethical Advisory Board en EEUU aduciendo como motivo el hecho de que el 14º día corresponde a la terminación de la implantación, y por lo tanto, a la imposibilidad de gemelación. En 1984 el Committe to considerer the social, ethical and legal issues arising from in vitro fertilization conocido como Comisión Waller, declaraba: "No más de 14 días, porque después de este estadio se forma la línea primitiva y la diferenciación del embrión es evidente". También el Informe Warnock, de Londres, en 1984 informaba que se podría disponer del embrión humano para fines experimentales hasta el 14 día después de la concepción, dejando entender claramente que hasta esa fecha al embrión no se le reconoce carácter humano.


Esta falsa teoría apela por un lado, a la aparición de la línea primitiva, y por otro, a la posibilidad de los fenómenos de división gemelar o de hibridación antes de la implantación; si el embrión se puede dividir en dos antes de la implantación, entonces no es un individuo. Pero, esta última afirmación no es cierta; por ejemplo, una ameba es un individuo biológico, aunque pueda dividirse y dar lugar a otras amebas. Individuo no es igual a indivisible; un individuo se puede dividir, como puede ocurrir con el embrión humano antes de implantarse y dar lugar a otro embrión gemelo, que será otro individuo (caso de los gemelos univitelinos). Además, la gemelación es un fenómeno extremadamente raro y anormal para la especie humana (0,4-1%) lo cual indica que el cigoto está por sí determinado a desarrollarse sin gemelación. Por otro lado, esto no prueba en ningún caso que antes no exista un ser humano. Hay un primer ser humano del que se origina, aparentemente por una causa externa o retraso en las divisiones celulares de grupos celulares, un segundo ser humano. El primero sigue siendo siempre el primer sistema, y el segundo es aquel que se origina del primero; y mientras el segundo inicia su propia existencia ontológica en el momento en que se separa, el primero continúa su desarrollo sin perder su propia identidad. En cuanto al fenómeno de hibridación, hay que decir que, desafortunadamente, dejará de existir una individualidad como muerte prematura de un gemelo.

Por otro lado, la línea primitiva no aparece en modo alguno de improviso como desde el exterior y separada de todo el conjunto del proceso que comienza a desarrollarse desde la concepción: es un producto de este proceso. Es un error si con esta distinción se quisiera significar que los procesos, desde el cigoto a la línea primitiva y de esta en adelante, son dos procesos discontinuos que no tienen correlación alguna entre sí y que las dos estructuras son dos sujetos diversos.

De manera que es erróneo y equivocado hablar de preembrión, es decir, de un estadio o una condición de vida prehumana del ser humano concebido. La teoría de los 14º días, ya sea por la aparición de la línea primitiva, ya sea porque las células pierden la totipotencia y no son ya más posibles las escisiones gemelares, no puede desconocer ni desmentir el dato biogenético fundamental y decisivo de la naturaleza humana e individual del embrión. La vida prenatal es vida plenamente humana en cada momento de su desarrollo. No existen "saltos" de cualidad, sino una continuidad del proceso de crecimiento humano. ¿Cómo se puede pensar que uno de esos momentos de este maravilloso proceso de formación de la vida humana pueda ser sustraído de la condición humana? Solamente por ignorancia o por intereses ideológicos o económicos puede hacerse. Recomiendo, para más información, el documental del National Geographic: "En el útero materno".

Fuente: http://www.diariodecuyo.com.ar/home/new_noticia.php?noticia_id=377916

EEUU: EL ABORTO NO ES UN SERVICIO DE SALUD.


Joseph Meaney-Coordinador de Asuntos Internacionales -Human Life International

En EEUU, han comenzado a aparecer calcomanías adosadas a la parte trasera de los vehículos con el mensaje “El aborto no es un servicio de salud”. También podría haber otras calcomanías con el mensaje “El infanticidio y la eutanasia no son servicios de salud”.

Nuestra primera hija, Therese Marie, nació el 29 de septiembre del 2009, la Fiesta de los Arcángeles. Durante su estadía en el hospital, conocí a la madre de un niño que había nacido prematuramente. La criatura tuvo que recibir cuidados intensivos en la unidad para la atención neonatal. Ese bebé tuvo la suerte de haber nacido en EEUU y no en Gran Bretaña.

El varoncito de Sarah Capewell, cuyo nombre era Jaydeen, nació prematuramente a las 21 semanas y 5 días de gestación en un hospital inglés. Si Jaydeen hubiera nacido 48 horas después, hubiera sido elegible para recibir cuidados intensivos. En vez de ello, el personal del Servicio Nacional Británico de Salud, cumpliendo con las directrices para la práctica de la “medicina”, lo dejó jadear durante dos horas hasta morir en los brazos de su madre.

Bienvenidos a la medicina socializada.

Mi esposa y yo hemos observado de primera mano algunos de los problemas del sistema de salud de EEUU con ocasión del parto y la atención neonatal que recibió nuestra hija. El temor a las demandas judiciales por negligencia médica, causa directamente el alza del costo de la medicina preventiva, incluyendo la autorización de exámenes médicos innecesarios. A veces, parece ser que todo el sistema de salud está orientado hacia la conveniencia del personal médico, en vez de los mejores intereses del paciente. Realmente los costos son muy elevados.

Por otro lado, sin embargo, tuvimos la tranquilidad de saber que contábamos con la mejor tecnología y un personal médico altamente calificado, que siempre estuvo listo y dispuesto a cuidar de sus pacientes. EEUU tiene 27 máquinas de imágenes de resonancia magnética, que son instrumentos muy eficaces para efectuar diagnósticos precisos, por cada millón de habitantes. La cifra para tanto Canadá como Inglaterra es de 6 por cada millón de habitantes. Se podrían dar más ejemplos de los instrumentos tecnológicos que tiene el sistema de salud de EEUU, que simplemente no están disponibles en los regímenes donde la medicina está socializada. Sin embargo, la comparación de los resultados de ambos sistemas son muy claras y todos las pueden observar. Los índices de supervivencia de los pacientes de cáncer en EEUU luego de 5 años son, en general, del 66% para los hombres y del 63% para las mujeres. En Europa, son del 47% para los hombres y del 56% para las mujeres.

“El cuidado de la salud debe ser para salvar vidas; no para destruirlas”. Ése es el lema de la campaña de la Conferencia de Obispos Católicos de EEUU, la cual se opone vigorosamente al actual proyecto de ley que pretende reformar el sistema de salud y que se encuentra ante el Congreso. Si este proyecto de ley es aprobado sin las adecuadas enmiendas, los que practican el aborto recibirán millones de dólares de nosotros los contribuyentes para continuar con su labor homicida. El derecho de los médicos y otros profesionales de la salud de oponerse a la realización de procedimientos que son inmorales, debido a su objeción de conciencia, no está garantizado en el actual texto del proyecto. Los burócratas son los que estarán proveyendo “consejería” voluntaria a los ancianos y a los enfermos acerca “de las opciones para el final de la vida”, y serán otros los que decidirán quiénes reciban tratamientos para salvar su vida y quiénes no, como ya vemos que pasa en Gran Bretaña.

El proyecto de ley, tal y como se encuentra actualmente, en sus más de 2,000 páginas de texto es totalmente inaceptable desde una perspectiva provida. Por ello, los obispos de EEUU han hecho un llamado a todos los católicos y demás personas de buena voluntad en ese país, a que informen a sus senadores acerca de qué opinan sobre este proyecto de ley. Visite: http://actions.nchla.org/Core.aspx?AID=970&APP=GAC&IssueID=19513&SiteID=-1.

Debemos orar, para que Dios nos libre de este inminente desastre.

domingo, 13 de diciembre de 2009

DESTRUIR AL NIÑO JESÚS


Por Julia Regina de Cardenal (Columnista de El Diario de Hoy)
Miércoles, 9 de Diciembre de 2009
Es increíble que en algunos países, que se definen "progresistas", le hayan declarado la guerra a un bebé que viene a traer la paz al mundo. Quieren prohibir que se desee una "Feliz Navidad" a los demás, porque lo consideran una grave ofensa y una "imposición" en contra de la "tolerancia". Las tiendas están llenas de miles de adornos de Navidad bellísimos, pero es difícil encontrar un Nacimiento.

Veamos cómo esos grupos que exigen tolerancia, atacando la moral y al cristianismo, imponen sus ideologías sobre los demás:

En un reciente concierto para todo público, estaba una familia tranquilamente sentada mientras dos mujeres comenzaron a besuquearse enfrente de ellos. Les pidieron que pararan o se fueran a otro lugar, por haber niños presentes. Esto provocó que ellas lo hicieran más.

En el parque infantil de Disney celebran el día de los gays todos los años y los padres de familia, que llegan a pasear con sus hijos tienen que callar mientras dos hombres o dos mujeres se besan y acarician enfrente de sus hijos. Ellos no consideran eso una imposición.

El mes pasado en Argentina hubo una manifestación de feministas pro aborto y lesbianismo que pretendían profanar unas iglesias. Las familias católicas se pararon frente a los templos a rezar el Rosario, poniéndose los hombres y jóvenes enfrente para proteger a las mujeres y niños. Estos fueron víctimas de insultos, escupitajos, les pintaron bigotes, mientras ellos seguían rezando. Cuando vieron que no les funcionaban sus ataques se desnudaron de la cintura para arriba, bailando enfrente de ellos y pasándose unos Rosarios por sus genitales. Algo parecido pasó en Colombia este mes.

En algunos países, donde se ha legalizado el aborto, obligan a los médicos a hacer abortos, auque esto vaya en contra de su conciencia. Si se oponen, les revocan la licencia o hasta pueden ir presos. Todo en nombre de la tolerancia.

La Sagrada Familia tuvo problemas gravísimos desde su inicio: San José se dio cuenta de que la Virgen estaba embarazada, y que el bebé no era de él. Por fe creyó lo que el ángel le dijo en un sueño: que era hijo del Espíritu Santo. El niño nace en la pobreza extrema y luego es perseguido a muerte por Herodes, teniendo que huir a Egipto. Al crecer y comenzar su vida pública es traicionado por uno de sus mejores amigos, fue víctima de la peores torturas y humillaciones hasta morir en la cruz. La Virgen no perdió la paz, porque confiaba y amaba la voluntad de Dios.

En pleno segundo milenio todavía se le ve como un monstruo, al que hay que destruir como sea. ¿Cuál es el odio contra un bebé? ¿Cuál es el miedo? Por eso no extraña también el odio contra millones de bebés, que se consideran un enemigo terrible y los cuales deben de ser torturados y destruidos en el aborto. Los cristianos tenemos que hacer mucho apostolado, siguiendo el ejemplo de Jesús, sin temor a las arremetidas de nadie.

Que la Sagrada Familia nos sirva de modelo para que sepamos cómo vivir dentro de nuestras familias, a pesar de las contradicciones y problemas que se nos presenten. Que confiemos que todo es para bien, como lo hicieron San José y la Virgen, aunque no sepamos por qué nos suceden algunas contradicciones, enfermedad, muerte en la familia, etc. Dios sabe más. Que nos propongamos una mejor preparación en este adviento en familia, para que verdaderamente permitamos que el Niño Dios nos traiga la paz, la armonía, el optimismo y felicidad sobrenatural y humana. ¡FELIZ NAVIDAD!

Fuente: www.elsalvador.com



sábado, 12 de diciembre de 2009

NUESTRA SEÑORA DE GUADALUPE: ¡RUEGA POR NOSOTROS!



Hoy, 12 de diciembre, es un día muy especial, ya que es la celebración de Nuestra Señora de Guadalupe.
Además de ser la "Emperatriz de América" es la "Patrona de los niños por nacer", ya que según los estudios de la imagen, la cinta que lleva en su cintura significa que está embarazada y que quiere dar a luz a Cristo en nuestras tierras. Ella lleva en su vientre a la Luz del Mundo, y nos enseña el valor de la Vida de la persona por nacer.
De acuerdo con los relatos oficiales de las apariciones, en la mañana de diciembre 9 de 1531, durante una caminata por el monte del Tepeyac, el indio Juan Diego (un humilde labrador indígena), tuvo una visión de una joven mujer de 15 a 16 años, rodeada de una gran luz. Ella le habló en su lengua nativa, el náhuatl, y pidió que una Iglesia se erigiera ahí en su honor. Desde ese momento Juan Diego reconoció en ella a la Virgen María. Después comunicó esta historia al Obispo Español, Fray Juan de Zumarraga, quien pidió un milagro a modo de evidencia de tal aparición. La Virgen entonces mandó a Juan Diego recoletar rosas que había en el monte del tepeyac (rosas de Castilla que eran de la región originaria del Obispo español y raras en Nueva España). Juan Diego las puso en su ayate o tilma (tela que usaban los campesinos para cargar cosas) y, al momento de presentarse con el Obispo, las rosas dejaron una impresión en la tilma, mostrando la imagen que hoy conocemos. Las apariciones terminaron el 12 de Diciembre.

Algunos creen que el Nombre de Guadalupe viene de la palabra azteca coatlaxopeuh que se pronuncia "coatlashupe" y suena muy parecida al español Guadalupe. Y donde Coa significa 'serpiente', tla se entiende como el artículo 'La que' y xopeuh traduce aplastar, es decir, Nuestra Señora se identificó como "La que aplasta la serpiente".

En 1921, una bomba plantada en un florero cerca del altar por un activista anticlerical causó gran daño al interior del antiguo edificio, pero la tela permaneció intacta (actualmente se puede ver en exhibicion un crucifijo metálico totalmente doblado por la explosión).

Las primeras palabras de Nuestra Señora fueron “Sabe y ten entendido, tú el más pequeño de mis hijos, que yo soy la siempre Virgen María, Madre del verdadero Dios por quien se vive: del Creador cabe quien está todo: Señor del cielo y de la tierra"

Igualmente, otras bellas palabras fueron: “Oye y ten entendido hijo mío el mas pequeño, que es nada lo que te asusta y aflije; no se turbe tu corazón; no temas esa enfermedad, ni otra alguna enfermedad y angustia. No estoy yo aquí? No soy tu Madre? No estás bajo mi sombra? No soy yo tu salud? No estás por ventura en mi regazo? Qué mas has menester? No te apene ni te inquiete otra cosa; no te aflija la enfermedad de tu tío, que no morirá ahora de ella; está seguro de que sanó.” (Y entonces sanó el tío de Juan Diego, según después se supo).

Con la Bula Non est equidem de Mayo 25, 1754, Benedict XIV declaró a Nuestra Señora de Guadalupe como Patrona de Nueva España, aprobando textos particulares para Misa y Breviario. Leon XIII en 1891 ordenó nuevos textos y autorizó la coronación de la Imagen en 1895, San Pio X la problamó Patrona de Latinoamerica y en 1945, Pio XII la llamó "Reina de México y Emperatriz de las Americas" declarándola al año siguiente como "Patrona de las Américas". Juan XXIII la invocó como "Madre de las Américas" en 1961 refiriéndose a Ella como Madre y Maestra de Fe de todos los pueblos americanos y en 1966 Paulo VI envió una Rosa de Oro al santuario.

Juan Pablo II visitó el santuario en 1979 y en 1990. En 1992 él dedicó una Capilla a la Virgen en la Basílica de San Pedro y a pedido del Síno de los Obispos de las Américas, la nombró Patrona de las Américas en 1999, con celebración litúrgica y rango de solemnidad, visitando el santuario nuevamente el 23 de enero de 1999. En julio 31 de 2002, el Papa canonizó a Juan Diego frente a más de 12 millones de mexicanos incluyendo su fiesta el 9 de Diciembre.

La fiesta de Nuestra Señora de Guadalupe está relacionada a la de la Inmaculada Concepción que celebramos días atrás, ya que Ella se apareció como una mujer en estado de embarazo y refiriéndose a sí misma como "La siempre Virgen Santa María"


PÁGINA EN ESPAÑOL, INGLÉS, FRANCÉS Y PORTUGUÉS, con novenas, oraciones, imágenes, etc. http://www.sancta.org/

SANCTA MARIA.. ORA PRO NOBIS!

domingo, 6 de diciembre de 2009

Ideología de género, la más insidiosa y destructora revolución social

MADRID, jueves, 3 diciembre 2009 (ZENIT.org).- Nos encontramos ante la más insidiosa y destructora revolución social. A esta conclusión llega el libro "La ideología de género. Reflexiones críticas", uno de los primeros análisis críticos en español sobre la nueva revolución social.

Con prólogo del cardenal Antonio Cañizares, prefecto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, el volumen ha sido realizado por un grupo de doce investigadores y profesores de varias universidades católicas, pertenecientes a distintas áreas de las ciencias sociales.

Publicado por la editorial Ciudadela, el volumen, en sus 400 páginas, hace un exhaustivo estudio de las implicaciones sociales, ideológicas, jurídicas, éticas antropológicas y médicas de una de las ofensivas ideológicas más activas en la sociedad actual.

Como señaló en la presentación del libro, en la Universidad Francisco de Vitoria, el 23 de noviembre, el doctor Vicente Lozano, vicerrector de Ordenación Académica de la citada Universidad, se trata de un libro valiente que se atreve a cuestionar lo políticamente correcto, además, de un libro sólido que desde distintos ámbitos del saber cuestiona la ideología de género con argumentos.

Como tantas veces ha sucedido a lo largo de la historia, señaló, el debate de fondo se sitúa entre quienes consideran que las formas de convivencia y las decisiones humanas han de fundarse en principios de orden natural, y quienes falazmente arguyen que es la libertad de cada quien la que decide arbitrariamente sus referentes.

El acto de presentación estuvo moderado por Cristina López Schligting, periodista y presentadora del programa de radio "La tarde con Cristina", que emite la cadena COPE.

En sus palabras iniciales se refirió al prólogo del libro, firmado por el cardenal Antonio Cañizares, donde el prefecto de la Sagrada Congregación para los Sacramentos alerta que "desde hace ya décadas nos encontramos ante una nueva y gran revolución cultural, una de las más insidiosas y destructoras que puedan pensarse para la que no existe naturaleza, no existe verdad del hombre".

Desde su experiencia, Cristina indicó que hay una serie de temas que para nuestra sociedad están "prohibidos": los relativos a la identidad y orientación sexual, las relaciones hombre-mujer, el matrimonio, la familia... Y que cuando no se ajusta al pensamiento dominante, siempre hay llamadas de protesta. Al analizar lo que sucedía, llegó a la conclusión de que el nexo común que vincula dichas cuestiones está manipulado desde la ideología de género.

En el turno de intervenciones dio en primer lugar la palabra a Antonio Arcones, director de la editorial Ciudadela, quien reconoció que la apuesta de su editorial está en poner sobre la palestra aquellos temas sobre los que pocos se atreven a hablar, de manera que no se hurte a la sociedad el auténtico pluralismo en el debate de ideas.

A continuación tomó la palabra el doctor Aquilino Polaino, catedrático de Psicopatología, y uno de los expertos que ha contribuido a la redacción del estudio con un capítulo dedicado al análisis de "la construcción social de 'género'".

En sus palabras explicó cómo la cumbre de la ONU de Pequín en 1995 fue un momento clave para la consolidación de los principios básicos en torno a los cuales se articula la ideología de género. Explicó brevemente la carga ideológica de cada uno de ellos, que pueden resumirse en los siguientes: la "liberación" sexual, entendida como la separación radical entre los comportamientos sexuales y cualquiera de las dimensiones específicas del ser humano.

En consecuencia, se aplican las categorías neomarxistas por las que en orden a esa liberación, se sustituye la lucha de clases por la lucha de sexos.

Un tercer elemento clave es la pérdida de la identidad de la persona, a la que se priva de su dimensión sexual constitutiva, pues con la propuesta del género se la vacía de sentido y usurpa.

Finalmente, indicó como última consecuencia grave de esta ideología, la abolición de las instituciones que presentan un peligro para su difusión: la familia, la Universidad y la Iglesia.

Tomó a continuación la palabra otro de los expertos que han participado en la elaboración del estudio, el catedrático de Teoría Económica de la Universidad San Pablo-CEU, el doctor Rafael Rubio de Urquía.

Denunció cómo "la premisa básica de la ideología de género --que cada uno se construye a sí mismo con independencia de su naturaleza sexuada-- es radicalmente falsa. La determinación sexual es constitutiva de la persona, de manera que sólo existe la persona-varón y la persona-mujer, y además están hechos el uno para el otro".

Tal constatación, además, viene avalada por la concepción del ser humano en todas las civilizaciones a lo largo de la historia. Por eso, insistió, "supone una negación de la persona humana" y nos conduce a la descivilización gravísima de la cultura occidental.

El doctor Rubio de Urquía incidió, además, en que a su juicio el problema principal no está tanto en los defensores de la ideología de género, sino en la aparente apatía de la sociedad, y singularmente en los cristianos.

"Nos hemos desvinculado del contenido esencial de la fe cristiana y de la tradición de la Iglesia, y nos hemos convertido en socios y cómplices acomodaticios de este proceso descivilizador", denunció.

Recordó a este propósito cómo en la encíclica Caritas in Veritate, Benedicto XVI denuncia que nos hemos apartado de los pilares básicos de nuestra cultura, y en concreto, de la concepción cristiana de persona; que hemos caído en el materialismo práctico, el relativismo mental y la desconfianza en la razón, todo lo cual ha hecho posible que la ideología de género en el espacio de cuarenta años haya destruido una cultura milenaria.

El vicedecano de la facultad de Teología San Dámaso de Madrid y catedrático de Moral Fundamental, don Juan José Pérez-Soba, resaltó en sus palabras que la ideología de género trata de hacer una persona débil y manipulable, como consecuencia de la disolución de su identidad sexual.

Está convencido de que se trata de una revolución sexual que "ha triunfado y ha cogido a la Iglesia con el pie cambiado", por lo que no ha sabido responder a ella. Esbozó rápidamente un análisis histórico para mostrar cómo la revolución sexual de los años 60 fue un eco de otra anterior, de los años 20, que triunfó porque está unida a una crisis moral provocada por la caída del puritanismo.

En aquel contexto, cualquiera que pretendiera oponerse a la revolución sexual era tachado de puritano y no era tenido en cuenta. Dicha revolución sexual de los años 60, además, añadió a la anterior la separación neta entre amor y sexualidad, convirtiendo así la sexualidad en un material de consumo.

Sobre esta base, conforme a la cual si algo se consume no tiene más valor que el disfrute mientras dura, la sexualidad dejó de ser importante y esencial, de modo que se manipula a capricho, se construye. Desparece la sexualidad y aparece el género.

Llegados a este punto, indicó, quienes la promueven están experimentando con la construcción de una nueva sociedad.

"Han ganado la batalla política", denunció "y ahora están empeñados en ganar la batalla de la educación". "Tenemos que adelantarnos, y lanzar una propuesta: enseñar a amar".

Las intervenciones de los expertos reunidos en la presentación concluyeron con las palabras de una de las coordinadoras del estudio, la doctora en Derecho y licenciada en Ciencias Religiosas, la profesora María Lacalle, de la Universidad Francisco de Vitoria.

En su breve alocución sintetizó algunas de las principales consecuencias que la ideología de género está teniendo a la hora de configurar un nuevo modelo de sociedad a través de las reformas legislativas y de los medios de comunicación.

Ambos, leyes y medios, desempeñan un papel pedagógico clave en una sociedad que carece de formación y juicio crítico.

Así, indicó, "una de las principales consecuencias de la ideología de género es la distorsión de la maternidad", pues una sus consignas defiende que la mujer, para liberarse completamente y alcanzar la plena igualdad con el hombre, debe controlar por completo su fecundidad.

Por eso sus defensores reivindican el aborto libre y gratuito como una medida imprescindible para alcanzar la igualdad.

"Eso explica -denunció- la existencia en España del ministerio de Igualdad, que no parece tener más cometido conocido que el de poner el aborto al alcance de toda mujer".

A esto se añade, dijo, la propuesta de un modelo de mujer autosuficiente, que no depende de nadie, y de la cual tampoco depende nadie. Una mujer autónoma que se ocupa sólo de sí misma.

Explicó que algunos autores se han referido a este planteamiento como "el abandono cultural de la maternidad", lo que ha provocado una distorsión de la identidad femenina.

La doctora Lacalle mostró cómo también se altera la concepción del hijo, que ya no es un don que se acoge, sino que se considera como un derecho.

Eso justifica el planteamiento de que la mujer, si considera que el hijo llega en un momento "inoportuno", tiene derecho a matarlo; o de que si no llega cuando se "desea", se fabrica mediante las técnicas de reproducción asistida.

Remarcó en su denuncia el hecho de que "se haya convertido el deseo individual en fuente de derecho".

Finalizó su intervención con una propuesta: "mostrar la belleza de la maternidad, el significado profundo de la complementariedad, ayudar a descubrir la identidad femenina para que las mujeres puedan ser mujeres, y los hombres puedan ser hombres".

Por José Ángel Agejas

YO FRENO EL SIDA: ¡VALE LA PENA ESPERAR!



REMEDIO PARA EL SIDA:
"UNO CON UNA PARA TODA LA VIDA"

Recientemente SS Benedicto XVI en su Carta Encíclica "DEUS CARITAS EST" nos decía:

"...El desarrollo del amor hacia sus más altas costas y su más íntima pureza, conlleva el que ahora aspire a lo definitivo, y esto en un doble sentido: en cuanto implica exclusividad -sólo esta persona-, y en el sentido del para siempre ... su promesa apunta a lo definitivo: el amor tiende a la eternidad... "

En definitiva Su Santidad nos está diciendo: exclusividad es uno con una; para siempre es para toda la vida.

miércoles, 2 de diciembre de 2009

La Iglesia trabaja por los niños huérfanos que genera el SIDA


ROMA, 01 Dic. 09 / 06:02 pm (ACI)

La agencia vaticana Fides dio a conocer el trabajo de las Obras Pontificias de Austria (Missio Austria), dirigida por Mons. Leo Maasburg, quien explica que en el caso de los huérfanos de SIDA, "el desafío no es solamente la asistencia médica, sino sobretodo buscar dar un sentido a la vida, con frecuencia demasiado breve, de estos pequeños".

"El gozo de vivir de estos niños enfermos nos enseña el fin último de nuestra vida: amar y ser amados", añade en una declaración por la Jornada Mundial contra el SIDA este 1º de diciembre.

Missio Austria, explica Fides, sostiene desde hace años proyectos para el cuidado de enfermos de SIDA, ayuda para las viudas y huérfanos, y sobre todo para cuidar también los aspectos psicosociales y espirituales relacionados con la enfermedad.

"Somos casi los únicos que ayudan a las madres enfermas de Sida y sus hijos", dice a su turno el P. John Phuong Dinh Toai, camiliano de 33 años, que por pedido del Arzobispo de Thanh-Pho Ho Chi Minh (Vietnam), el Cardenal Jean-Baptiste Pham Minh Man, administra un orfanato para niños con padres que padecen SIDA o que ya han fallecido por la enfermedad.

Andreas Thonhauser, Redactor jefe de la revista misionera editada por Missio Austria "Alle Welt", ha recogido los testimonios de este joven sacerdote que alberga actualmente en la estructura por él administrada junto a diversos colaboradores a 60 niños, mientras otros 300 son seguidos en sus familias.

"Tratamos de hacer estar a los niños la mayor cantidad de tiempo con sus padres", dice el P. John, quien casi había terminado los estudios médicos cuando descubrió su llamado a la vida sacerdotal.

Este presbítero cuenta también que "hemos recogido a muchos de nuestros niños por la calle. Buscamos darles una vida digna pero también una muerte digna".

Según las últimas cifras oficiales el África subsahariana es la región más afectada con 22,4 millones de adultos y niños viviendo con la enfermedad, lo que equivale al 67 por ciento de todas las personas que viven con el VIH en todo el mundo y el 91 por ciento de todas las nuevas infecciones entre los niños.

En esta misma región, la pandemia ha dejado huérfanos a más de 14 millones de niños.