Habla el vice presidente del movimiento provida polaco
VARSOVIA, miércoles 9 de julio de 2008 (ZENIT.org).- Muchos hablan del aborto como expresión de la emancipación femenina y fruto del progreso, pero en Polonia no se ve así: el aborto legal fue impuesto, primero por los nazis y después por la dictadura comunista. Y esto tiene repercusiones.
En una entrevista a Zenit, el ingeniero Antoni Zieba, secretario del World Prayer for Life y vicepresidente del Polish Federation of Pro Life Movements, se pregunta por qué la ONU y la Unión Europea presionan a Polonia para que liberalice el aborto, cuando se trata del país con el menor número de interrupciones voluntarias del embarazo.
A pesar de tener una legislación sobre el aborto muy similar a la de España, Polonia tiene un número bajísimo de interrupciones voluntarias del embarazo. En España en el año 2006 hubo 98.500 abortos, es decir, 270 al día, mientras que en Polonia el mismo año hubo 360 abortos, menos de uno al día.
--¿Cuál es el secreto de estos resultados? ¿Se aplica la ley más rigurosamente, o es que la cultura de la vida es más fuerte?
--Antoni Zieba: No conozco con exactitud la situación en España. Lo que puedo decir es que la sociedad polaca está a favor de la vida. Hemos llegado a este objetivo gracias a décadas de oraciones y de obras de apostolado, realizadas también durante la dominación comunista. Dentro de las estructuras de la Iglesia católica hemos llevado a cabo una intensa actividad en defensa de la vida de los no nacidos.
Esta acción apostólica se intensificó gracias a la actividad de varios movimientos y organizaciones de laicos que se formaron tras el declive del Comunismo en Polonia, a partir de 1989.
Con el final de la censura pudimos distribuir material educativo sobre el valor de la vida de los niños y niñas desde la concepción. Hemos explicado cómo reducir los daños del síndrome post aborto, y hemos dado a conocer la verdadera historia de la legalización del aborto en Europa y en Polonia.
Los primeros que legalizaron el aborto en nuestro país fueron los nazis en marzo de 1943. Querían eliminar a los polacos con el aborto. Después llegaron los comunistas, y con la promulgación de la ley del aborto el 27 de abril de 1956 comenzó su dictadura.
Para muchos polacos, particularmente para los jóvenes, estos hechos deberían suscitar una reflexión y un reconocimiento de que el aborto ha sido legalizado, impuesto y practicado en Polonia por sus enemigos: los nazis y los comunistas.
En este contexto los libros, los folletos, los opúsculos sobre el aborto, distribuidos en las iglesias, en las escuelas, en las calles han tenido un profundo impacto en la sociedad polaca.
A propósito de esto, las enseñanzas de Juan Pablo II sobre la protección de la vida humana desde la concepción hasta la muerte natural han sido inestimables y decisivas para la situación en Polonia.
--¿Cómo ha respondido la sociedad civil a esta campaña de sensibilización?
--Antoni Zieba: En la Constitución Polaca el artículo 38 dice: "La república de Polonia asegura la protección legal de la vida de todo ser humano". Algunos parlamentarios polacos presentaron una petición en la que solicitaban que se añadiera: "desde la concepción hasta la muerte natural".
Por desgracia la Cámara Baja del Parlamento rechazó la petición, pero según los sondeos hechos por el PGB Polka Grupa Badawcza (el mejor centro de investigación sobre opinión pública), el 52% de los polacos está a favor de reforzar la defensa de la vida en la Constitución, mientras que el 35% se muestra contrario.
Más de 506.000 personas firmaron en apoyo de esta petición, mientras que menos de 2.000 manifestaron su desaprobación.
--Usted es e secretario del World Prayer for Life. ¿Qué tarea desempeña esta asociación provida?
--Antoni Zieba: Hablando de la protección de la vida, hay que mencionar el gran y decisivo papel jugado por la oración.
En Polonia se ha desarrollado un movimiento masivo de oración y de adopción espiritual de los niños no nacidos. Una verdadera cruzada para la protección de los concebidos. Estas oraciones han cambiado el corazón y la mente de nuestros conciudadanos y han reforzado el respeto a la vida.
El World Prayer for Life promueve la adopción espiritual de los niños concebidos. El movimiento nació en 1980, cuando aún estábamos bajo la dominación comunista.
La idea de la oración por los no nacidos fue inspirada directamente por el Siervo de Dios Papa Juan Pablo II, durante su viaje a Polonia el 7 de junio de 1979.
En el Santuario mariano de Kalwaria Zebrzydowska, el Santo Padre hizo un importante discurso en el que pidió oraciones por los niños no nacidos, explicando que el hombre no vive sóo de pan, y que debe existir siempre un grupo de personas que rece al Señor.
-¿Cuántas asociaciones provida polacas existen? ¿Cómo se coordinan? ¿Cuál es su relación con la Iglesia católica? ¿Qué tareas asistenciales desempeñan?
--Antoni Zieba: En Polonia hay cerca de 160 entre organizaciones, fundaciones y grupos informales, a favor de la vida por nacer y activos en la protección de las madres y los niños.
La Federación Polaca de Movimientos Pro Vida está presidida por el doctor Paweł Wosicki y agrupa alrededor de 130 organizaciones y grupos. (www.prolife.com.pl/federacja)
La cooperación entre la Federación y la Iglesia Católica es espléndida. Los encuentros entre dirigentes laicos, obispos y sacerdotes es frecuente. En la actualidad, la Federación no tiene relaciones con las Iglesias no católicas.
--En la reciente reunión de los Movimientos a favor de la Vida europeos, que tuvo lugar en Roma, usted propuso instaurar una Jornada por la Vida de carácter mundial, exactamente el 25 de marzo, dedicándola a la oración por la vida. ¿Puede explicar mejor el sentido y la finalidad de su propuesta?
--Antoni Zieba: La oración es la piedra angular de las buenas acciones. En la encíclica Evangelium Vitae, el Siervo de Dios Juan Pablo II escribió que „es urgente una gran oración por la vida que atraviese el mundo entero". Esta oración debe hacerse todo el año, pero estoy convencido de que el 25 de marzo, fiesta de la Encarnación, de la concepción de Jesús en el cuerpo de María, debería convertirse en la Jornada mundial de oración para la defensa de la vida.
La Jornada por la Vida se celebra ya en diversos países, en fechas diferentes. Propongo hacer el 25 de marzo la Jornada mundial de protección de la vida, pero sin renunciar a la Jornada por la vida nacional.
Este día al año en que todo el mundo reza, reflexiona y hace apostolado por la protección incondicional de la vida de toda persona, desde la concepción a la muerte natural, puede representar un día de unidad para todos los militantes pro vida y para los hombres y mujeres de buena voluntad.
--Entre varios movimientos por la vida ya se ha presentado la idea de pedir a todos los países y a las instituciones internacionales de haya al menos un día sin abortos, precisamente el 25 de marzo.
--Antoni Zieba: Esta es una gran idea. Nosotros apoyaremos esta propuesta y recogeremos firmas en una petición dirigida a las autoridades polacas, pidiéndoles que apoyen esta propuesta cuando venga presentada a las Naciones Unidas.
La recogida de firmas es una buena ocasión para recordar a todos que los niños que aún no han nacido son seres humanos protegidos por la Declaración Universal de los Derechos del Hombre, que en el artículo 3 afirma que "Todo individuo tiene derecho a la vida, a la libertad y a la seguridad de su propia persona".
--Mientras en Europa hay un aborto cada 27 segundos y un divorcio cada 30, en Polonia el aborto y el divorcio son mínimos. Sin embargo, una cierta cultura relativista, muy influyente en las instituciones europeas, está presionando a Polonia para que promueva legislaciones radicales socialistas. ¿Qué puede decir al respecto?
--Antoni Zieba: Polonia ha sido el primer país del mundo que ha rechazado democráticamente una ley que autorizaba el aborto, y que ha introducido una que protege la vida humana desde la concepción. Y sin embargo, varias organizaciones como las Naciones Unidas o la Unión Europea están presionando a Polonia para que cambie su ley del aborto.
Estas presiones están provocando objeciones y desacuerdos por parte de la población que, sobre todo los más ancianos, recuerda que la primera ley del aborto fue impuesta por los nazis en 1943, y la segunda fue promulgada por la dictadura comunista el 27 de abril de 1956.
¿Cómo se puede pedir a Polonia que restaure una ley favorable al aborto, impuesta por las dos peores dictaduras del siglo XX?
Esta exigencia es aún más inaceptable si se piensa que en 15 años de aplicación de la ley a favor de la vida ha habido resultados óptimos. El número de abortos se mantiene a un nivel muy bajo, 360 en el 2006, mientras en los años 90 el número de abortos registrados era de 100.000 al año, y durante los años de la dictadura comunista se estima que el total de abortos fuese de más de 600.000 al año.
La salud de las mujeres embarazadas está mejorando continuamente, con la constante disminución de las muertes debidas al parto. La mortalidad infantil y el número de abortos espontáneos está en constante disminución.
¿Por qué deberíamos cambiar una ley que funciona tan bien?
[Por Antonio Gaspari. Traducción del italiano por Inmaculada Álvarez]
VARSOVIA, miércoles 9 de julio de 2008 (ZENIT.org).- Muchos hablan del aborto como expresión de la emancipación femenina y fruto del progreso, pero en Polonia no se ve así: el aborto legal fue impuesto, primero por los nazis y después por la dictadura comunista. Y esto tiene repercusiones.
En una entrevista a Zenit, el ingeniero Antoni Zieba, secretario del World Prayer for Life y vicepresidente del Polish Federation of Pro Life Movements, se pregunta por qué la ONU y la Unión Europea presionan a Polonia para que liberalice el aborto, cuando se trata del país con el menor número de interrupciones voluntarias del embarazo.
A pesar de tener una legislación sobre el aborto muy similar a la de España, Polonia tiene un número bajísimo de interrupciones voluntarias del embarazo. En España en el año 2006 hubo 98.500 abortos, es decir, 270 al día, mientras que en Polonia el mismo año hubo 360 abortos, menos de uno al día.
--¿Cuál es el secreto de estos resultados? ¿Se aplica la ley más rigurosamente, o es que la cultura de la vida es más fuerte?
--Antoni Zieba: No conozco con exactitud la situación en España. Lo que puedo decir es que la sociedad polaca está a favor de la vida. Hemos llegado a este objetivo gracias a décadas de oraciones y de obras de apostolado, realizadas también durante la dominación comunista. Dentro de las estructuras de la Iglesia católica hemos llevado a cabo una intensa actividad en defensa de la vida de los no nacidos.
Esta acción apostólica se intensificó gracias a la actividad de varios movimientos y organizaciones de laicos que se formaron tras el declive del Comunismo en Polonia, a partir de 1989.
Con el final de la censura pudimos distribuir material educativo sobre el valor de la vida de los niños y niñas desde la concepción. Hemos explicado cómo reducir los daños del síndrome post aborto, y hemos dado a conocer la verdadera historia de la legalización del aborto en Europa y en Polonia.
Los primeros que legalizaron el aborto en nuestro país fueron los nazis en marzo de 1943. Querían eliminar a los polacos con el aborto. Después llegaron los comunistas, y con la promulgación de la ley del aborto el 27 de abril de 1956 comenzó su dictadura.
Para muchos polacos, particularmente para los jóvenes, estos hechos deberían suscitar una reflexión y un reconocimiento de que el aborto ha sido legalizado, impuesto y practicado en Polonia por sus enemigos: los nazis y los comunistas.
En este contexto los libros, los folletos, los opúsculos sobre el aborto, distribuidos en las iglesias, en las escuelas, en las calles han tenido un profundo impacto en la sociedad polaca.
A propósito de esto, las enseñanzas de Juan Pablo II sobre la protección de la vida humana desde la concepción hasta la muerte natural han sido inestimables y decisivas para la situación en Polonia.
--¿Cómo ha respondido la sociedad civil a esta campaña de sensibilización?
--Antoni Zieba: En la Constitución Polaca el artículo 38 dice: "La república de Polonia asegura la protección legal de la vida de todo ser humano". Algunos parlamentarios polacos presentaron una petición en la que solicitaban que se añadiera: "desde la concepción hasta la muerte natural".
Por desgracia la Cámara Baja del Parlamento rechazó la petición, pero según los sondeos hechos por el PGB Polka Grupa Badawcza (el mejor centro de investigación sobre opinión pública), el 52% de los polacos está a favor de reforzar la defensa de la vida en la Constitución, mientras que el 35% se muestra contrario.
Más de 506.000 personas firmaron en apoyo de esta petición, mientras que menos de 2.000 manifestaron su desaprobación.
--Usted es e secretario del World Prayer for Life. ¿Qué tarea desempeña esta asociación provida?
--Antoni Zieba: Hablando de la protección de la vida, hay que mencionar el gran y decisivo papel jugado por la oración.
En Polonia se ha desarrollado un movimiento masivo de oración y de adopción espiritual de los niños no nacidos. Una verdadera cruzada para la protección de los concebidos. Estas oraciones han cambiado el corazón y la mente de nuestros conciudadanos y han reforzado el respeto a la vida.
El World Prayer for Life promueve la adopción espiritual de los niños concebidos. El movimiento nació en 1980, cuando aún estábamos bajo la dominación comunista.
La idea de la oración por los no nacidos fue inspirada directamente por el Siervo de Dios Papa Juan Pablo II, durante su viaje a Polonia el 7 de junio de 1979.
En el Santuario mariano de Kalwaria Zebrzydowska, el Santo Padre hizo un importante discurso en el que pidió oraciones por los niños no nacidos, explicando que el hombre no vive sóo de pan, y que debe existir siempre un grupo de personas que rece al Señor.
-¿Cuántas asociaciones provida polacas existen? ¿Cómo se coordinan? ¿Cuál es su relación con la Iglesia católica? ¿Qué tareas asistenciales desempeñan?
--Antoni Zieba: En Polonia hay cerca de 160 entre organizaciones, fundaciones y grupos informales, a favor de la vida por nacer y activos en la protección de las madres y los niños.
La Federación Polaca de Movimientos Pro Vida está presidida por el doctor Paweł Wosicki y agrupa alrededor de 130 organizaciones y grupos. (www.prolife.com.pl/federacja)
La cooperación entre la Federación y la Iglesia Católica es espléndida. Los encuentros entre dirigentes laicos, obispos y sacerdotes es frecuente. En la actualidad, la Federación no tiene relaciones con las Iglesias no católicas.
--En la reciente reunión de los Movimientos a favor de la Vida europeos, que tuvo lugar en Roma, usted propuso instaurar una Jornada por la Vida de carácter mundial, exactamente el 25 de marzo, dedicándola a la oración por la vida. ¿Puede explicar mejor el sentido y la finalidad de su propuesta?
--Antoni Zieba: La oración es la piedra angular de las buenas acciones. En la encíclica Evangelium Vitae, el Siervo de Dios Juan Pablo II escribió que „es urgente una gran oración por la vida que atraviese el mundo entero". Esta oración debe hacerse todo el año, pero estoy convencido de que el 25 de marzo, fiesta de la Encarnación, de la concepción de Jesús en el cuerpo de María, debería convertirse en la Jornada mundial de oración para la defensa de la vida.
La Jornada por la Vida se celebra ya en diversos países, en fechas diferentes. Propongo hacer el 25 de marzo la Jornada mundial de protección de la vida, pero sin renunciar a la Jornada por la vida nacional.
Este día al año en que todo el mundo reza, reflexiona y hace apostolado por la protección incondicional de la vida de toda persona, desde la concepción a la muerte natural, puede representar un día de unidad para todos los militantes pro vida y para los hombres y mujeres de buena voluntad.
--Entre varios movimientos por la vida ya se ha presentado la idea de pedir a todos los países y a las instituciones internacionales de haya al menos un día sin abortos, precisamente el 25 de marzo.
--Antoni Zieba: Esta es una gran idea. Nosotros apoyaremos esta propuesta y recogeremos firmas en una petición dirigida a las autoridades polacas, pidiéndoles que apoyen esta propuesta cuando venga presentada a las Naciones Unidas.
La recogida de firmas es una buena ocasión para recordar a todos que los niños que aún no han nacido son seres humanos protegidos por la Declaración Universal de los Derechos del Hombre, que en el artículo 3 afirma que "Todo individuo tiene derecho a la vida, a la libertad y a la seguridad de su propia persona".
--Mientras en Europa hay un aborto cada 27 segundos y un divorcio cada 30, en Polonia el aborto y el divorcio son mínimos. Sin embargo, una cierta cultura relativista, muy influyente en las instituciones europeas, está presionando a Polonia para que promueva legislaciones radicales socialistas. ¿Qué puede decir al respecto?
--Antoni Zieba: Polonia ha sido el primer país del mundo que ha rechazado democráticamente una ley que autorizaba el aborto, y que ha introducido una que protege la vida humana desde la concepción. Y sin embargo, varias organizaciones como las Naciones Unidas o la Unión Europea están presionando a Polonia para que cambie su ley del aborto.
Estas presiones están provocando objeciones y desacuerdos por parte de la población que, sobre todo los más ancianos, recuerda que la primera ley del aborto fue impuesta por los nazis en 1943, y la segunda fue promulgada por la dictadura comunista el 27 de abril de 1956.
¿Cómo se puede pedir a Polonia que restaure una ley favorable al aborto, impuesta por las dos peores dictaduras del siglo XX?
Esta exigencia es aún más inaceptable si se piensa que en 15 años de aplicación de la ley a favor de la vida ha habido resultados óptimos. El número de abortos se mantiene a un nivel muy bajo, 360 en el 2006, mientras en los años 90 el número de abortos registrados era de 100.000 al año, y durante los años de la dictadura comunista se estima que el total de abortos fuese de más de 600.000 al año.
La salud de las mujeres embarazadas está mejorando continuamente, con la constante disminución de las muertes debidas al parto. La mortalidad infantil y el número de abortos espontáneos está en constante disminución.
¿Por qué deberíamos cambiar una ley que funciona tan bien?
[Por Antonio Gaspari. Traducción del italiano por Inmaculada Álvarez]
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