La siguiente entrevista fue realizada por un medio español a uno de los defensores de la Catedral de Neuquén.
Para quienes estuvimos allí es un deber difundir este acontecimiento...todavía hay jóvenes dispuestos a dar la Vida por Cristo y por la Iglesia!!! Es un bálsamo en medio de tanta miseria humana...
Y sentimos resonar en nuestro corazón las Palabras de Jesucristo..."el poder de la tiniebla no prevalecerá contra Ella (la Iglesia)"...se avecinan (y ya lo vivimos) tiempos de persecución para aquellos dispuestos a vivir radicalmente el Evangelio, sin reservas, sin medias tintas, sin transigencias con el espíritu del mundo...lo vivimos en nuestros ámbitos cuando somos tildados de "exagerados", "intolerantes", "tradicionalistas"....Pero la Iglesia es y será UNA, SANTA, CATÓLICA Y APOSTÓLICA, y para los hijos fieles de Cristo y de la Iglesia...valgan las bienaventuranzas:
"Felices ustedes, cuando por causa Mía los insulten, los persigan y les levanten toda clase de calumnias. Alégrense y muéstrense contentos, porque será grande la recompensa que recibirán en el cielo" Mt 5, 11-12
El pasado 17 de agosto, Neuquén, una ciudad del sur de Argentina, fue testigo de un acto heroico, que llegaría al mundo entero a través de un vídeo difundido por internet. Un grupo de jóvenes en actitud impasible y de oración, defendió con valor ejemplar la catedral de dicha ciudad, frente a una masa enloquecida que les humilló, escupió, e incluso arrojó piedras.
Pablo tiene 21 años, es de una provincia limítrofe a Neuquén y esa tarde estuvo en la vanguardia de los defensores de la catedral ante la inminente amenaza de una manifestación de feministas, capaz de profanar el templo.
Como joven y como católico la oportunidad de conocer y entrevistar a Pablo es una verdadera bendición. Gracias por la generosidad de contarnos tu experiencia.
R: Gracias a vos por darnos la posibilidad de contarles a nuestros padres en
E: Pablo, ¿Cómo surgió la iniciativa de acudir en defensa de
R: Mira, esta defensa se lleva a cabo hace algunos años. Monseñor Aguer, Obispo de
La idea propiamente de
E: Hubo católicos en contra de la defensa pacífica y en oración que realizasteis, ¿Cómo os sentó ésta falta de apoyo?
R: Si, siempre los hay, al ser una decisión prudencial, es decir, está bien defenderla y también rezar por los que la atacan y defienden, entonces se plantea la duda. Por nuestro lado, lo que TENIAMOS QUE HACER se hizo por
E:¿A qué grupos pertenecéis los jóvenes que estuvisteis presentes?
R: En realidad participan diversos grupos, vamos de muchas provincias del país, SAN LUIS, BS. AS., SANTA FE, MENDOZA CORDOBA, TUCUMAN, ETC. Entonces son muchos los grupos que participan, por mi parte fui con el Grupo Apostólico Christus Vincit de San Luis. En total éramos 800, pero solo 100 defendimos
R: Bueno, es un tema complicado. Y lo que diré es una cuestión solo personal. No me pareció bien lo del Obispo, pero creo que no podemos hablar mal de él por el mismo hecho de ser Obispo, debemos respetar la jerarquía de
E: ¿Qué sentimientos os recorrían en los momentos previos?
R: Y… incertidumbre, no sabíamos lo que podía pasar… nos podían pegar, nos podían acuchillar, podían entrar al Templo y profanar, todo podía pasar, son momentos de mucha tensión, yo de mi parte no paraba de llorar y rezar a mi Madre de Guadalupe, me ponía muy mal que 700 Católicos no estuvieran con nosotros, éramos solo 100.
E: Al llegar la masa de mujeres feministas, comenzáis a sufrir la más brutal agresión. ¿Durante cuánto tiempo se prolongó? ¿Cómo vivisteis ese tiempo?
R: Todo se prolongó una hora y cuarenta minutos, más o menos. Fue terrible, no se iban más, nos gritaban, nos escupían, nos tiraban latas de aerosoles y piedras, rasgaron una bandera Argentina y la prendieron fuego, nosotros, solo rezábamos, un Avemaría tras otro, sin parar. Pidiendo por cada una de ellas, pidiendo por cada niño abortado, pidiendo por nuestra Iglesia y sus Pastores, también en reparación por las blasfemias proferidas.
Es un poco difícil de explicar, sobretodo, nos invadía una Paz extraordinaria, y en esto coincidimos todos los que allí estábamos, una Paz que no puede venir de otro lado que no sea de Nuestro Dios y Señor, sentíamos que nos consolaba el alma. Además se percibía la presencia de Dios con nosotros, se me eriza la piel cuando recuerdo el momento en que empezaron a tirar de la bandera y algunos de los nuestros empezaron a tambalear por no soltarla, comenzó a llover agua bendita por todos lados, esto los recompuso en sus lugares al instante.
E: ¿Miedo?
R: ¡No! Hay dos formas de ser Católicos hoy en día, MARTIRES O CONFESORES. Fuimos lo segundo por que confesamos nuestra fe en
La confesión de
E: ¿Sentiste en algún momento la tentación de usar la violencia?
R: Todos vamos ahí con el pensamiento de ser Mártires, resistir hasta la última gota de sangre. Algunos chicos de la primera línea se pusieron muy mal, por que insultaban a
E: ¿Ha supuesto un cambio espiritual en tu vida el día de la defensa de la catedral Neuquén?
R: ¡Sí! Comenzas a vivir la vida como verdaderamente es: UN COMBATE, UNA MILICIA; tomas conciencia de que hay que combatir por Cristo el Verdadero Rey, y ese combate se divide en dos, contra uno mismo y sus pecados, y contra los enemigos de Cristo y de su Iglesia; te ayuda a vivir vigilante a hacer todo de manera diligente.
E: A través del video habéis recibido apoyos de todos los lugares del mundo, pero tras esa tarde en Neuquén ¿recibisteis el apoyo de
R: Creo que es hora de despertar, tenemos que tomar conciencia de que si nosotros no lo hacemos, no lo hace nadie, nadie va a dar TESTIMONIO DE
Me parece que se esta dando un fenómeno muy bueno en todo el mundo, pero depende de nosotros, únicamente de nosotros. No hablo solo de los Argentinos, les hablo a cada uno de ustedes, a los que lean esta entrevista, tenemos que entregarnos del todo, en la vía publica, en la universidad, en la familia, en la política, en los medios; llevar a Cristo nuestro Rey a cada uno de los rincones de este mundo, que como dije, nos está esperando.
Quisiera terminar con una frase del P. Leonardo Castellani que decía:
Pobre mi Patria, en manos de hombres tenderos y charlatanes;
¿Será posible que hayan muerto ya todos sus capitanes?.
Esos capitanes debemos ser nosotros, así terminó
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