Magaly Llaguno
Directora Ejecutiva de VHI
El 2 de abril del 2005 el número de teléfono de emergencia en EEUU: 911, recibió una llamada. Un bebé había sobrevivido un aborto provocado en un abortuario de Orlando, Florida, llamado EPOC Clinic. Allí había acudido su madre, Angele, una joven divorciada que tiene otros dos hijos, porque pensó que no tenía otra opción.
Entre los métodos que le ofrecieron para abortar a su tercer hijo, de 22 semanas de gestación, estaban: el aborto de nacimiento parcial [1], la dilatación y extracción (desmembramiento del bebé vivo) [2], y la inyección de digoxina en el corazón de la criatura para matarla, seguida de una droga para provocar el parto el día siguiente. Para que la madre pueda expulsar al bebé, se le inserta en la cérvix laminarias, que son objetos en forma de palillo, con un diámetro de medio centímetro y confeccionados con algas marinas. Se expanden con la humedad, dilatan la entrada al útero y la madre puede dar a luz a su bebé, usualmente muerto.
Angele había escogido el método de la digoxina para que su bebé no sufriera. “Quería que fuera de la manera más humana e indolora”, dijo llorando después de haberlo abortado. “Me dijeron que insertarían la aguja directamente en su corazón, lo pondrían a dormir y no sentiría nada.” Pero según Angele, la inyección no le fue administrada al bebé, porque lo estuvo sintiendo moverse durante toda la noche y finalmente por la mañana su hijo nació vivo [3].
Angele contó en una entrevista al periódico electrónico “World Net Daily” [4]: “Después de haber tomado las píldoras para inducir el parto a las 5 AM, acudí al abortuario poco antes de las 9 AM. Tuve que esperar afuera con mucho dolor y llorando, hasta que abriera la clínica… entré y me dijeron que el médico no llegaba hasta las 2 PM, y que aunque diera a luz tendría que esperar por él… Las contracciones se hicieron cada vez más fuertes… La empleada se marchó de la habitación y yo comencé a sangrar… Después de un pujo agonizante, sentí y oí algo salir…allí estaba mi hijo. Comencé a llorar y me acosté en el suelo. Miré a mi hijo una y otra vez. Estaba horrorizada de que lo había dado a luz en un retrete. Su pierna derecha se movió y se encogió un poco como si tuviera frío. Grité pero nadie vino…y cuando finalmente entró la empleada le mostré a Rowan [nombre que Angele le había dado a su hijo antes de abortarlo], le dije que estaba vivo y le pedí que llamara al 911. Me contestó que me acostara y que llamaría a su supervisor, pero nadie vino. Continué acariciando y confortando a mi hijo frotándole la espalda, el estómago y el pecho…una y otra vez le decía que lo amaba y que todo estaría bien…Puse mi dedo en su pequeña manito y sus deditos lo agarraron…Una y otra vez le dije lo lindo y lo fuerte que era, y lo orgullosa que estaba de él…. que Dios realmente quería que estuviéramos juntos porque había sobrevivido todo; que su mamá lo sentía mucho, y que estaba feliz por poder tener la oportunidad de amarlo. Le dije que era mi pequeño milagrito y que quería que sus hermanos lo conocieran. Lo tocaba una y otra vez, tratando de darle calor con mis manos y hablándole para que no sintiera más temor del que ya probablemente sentía.”
Angele pidió ayuda desesperadamente a gritos para salvar a su hijo, pero al no recibirla de los empleados del abortuario, logró telefonear a su amiga, quien llamó al 911. Cuando llegaron los para-médicos los del abortuario les dijeron que allí no había ninguna emergencia. Estos se marcharon y al no tener asistencia médica alguna, Rowan murió en los brazos de su arrepentida madre [5].
El Dr. James S. Pendergraft, quien fundó el abortuario donde murió Rowan, y donde su madre Angele quedó psicológicamente dañada quizás para el resto de su vida, es muy conocido porque lleva a cabo abortos en las últimas etapas del embarazo. Había sido condenado en febrero del 2001 por extorsión y estuvo encarcelado durante siete meses, pero salió absuelto antes de terminar el resto de la condena [6].
Un joven productor puertorriqueño llamado Ángel Manuel Soto, produjo un filme corto sobre el caso de Rowan que se ajusta totalmente a la verdad. Es uno de los filmes más impactantes que he visto. Está en inglés con subtítulos en español y se titula “22 semanas”. Aquellos que lo deseen, en http://www.22weeksthemovie.com/index-flash.html pueden ver algunas escenas del filme y obtener más información.
En EEUU, los bebés que sobreviven el aborto en las últimas etapas del embarazo, son abandonados para que mueran o se ahoguen en el retrete donde generalmente caen. El Dr. Randall B. Whitney, quien lleva a cabo abortos, declaró durante un caso que estaba pendiente en los tribunales, que “generalmente…el feto [es expulsado y cae] en el retrete casi siempre…es más conveniente… asumo que a veces hay algunos movimientos que sugieren que hay vida…” Admitió que en esos casos no se le presta ayuda alguna al bebé. El testimonio del Dr. Whitney coincide con lo que dijo una ex-empleada del Dr. Pendergraft: que la entrenaron para que hiciera que las pacientes abortaran en el retrete, “para que si el bebé está vivo, se ahogue” [7].
El caso de Baby Rowan es uno de muchos en EEUU. Por ejemplo, en 1999 se descubrió que en un hospital en el Estado de Illinois se estaba poniendo a los bebés que sobrevivían el aborto en una alacena y se les abandonaba para que murieran. En la ciudad de Hialeah, Florida, las dos dueñas de un abortuario hispano Belkis González y Siomara Senises fueron encausadas cuando la policía encontró el cadáver descompuesto de una bebita en el techo de dicho abortuario. La criatura fue ahogada después de haber sobrevivido un aborto [8]. En el abortuario del Dr. George Tiller sobrevivió una bebita a quien él trató de inyectarle digoxina en el corazón para matarla, pero se equivocó, la inyectó en el cerebro y la dejó ciega. El trauma causó su nacimiento prematuro en el estacionamiento del abortuario. Sobrevivió y fue adoptada, pero murió unos años más tarde debido a complicaciones del intento de aborto [9].
Tres años antes del Caso de Baby Rowan, en el 2002, el presidente Bush había firmado el “Born-Alive Infant Protection Act”, una ley federal que obliga a los abortistas a darles tratamiento médico a los bebés que sobreviven el aborto. Sin embargo, depende de los diferentes Estados el aprobar leyes que lo pongan en vigor. En el portal http://www.bornalivetruth.org/ podrá ver un enlace [10] a un promo en español de la sobreviviente al aborto Gianna Jessen. En dicho promo, Gianna explica que el entonces Senador Barak Obama votó cuatro veces en contra de ayudar a los bebés que sobreviven al aborto. Existe gran preocupación en el movimiento provida de EEUU, con respecto a la acción que tomará el Senador Obama, elegido presidente en las elecciones del 2008.
Algunos bebés que han sobrevivido un aborto y se les ha dado atención médica, han continuado viviendo. En el website de VHI http://www.derechoalavida.org/ podrán ver el testimonio en vídeo de Sarah Smith, una de las sobrevivientes. En http://www.vidahumana.org/vidafam/aborto/sobre.html podrán ver fotos de otros sobrevivientes. Todos ellos, al igual que todos los demás seres humanos concebidos, deben tener el derecho a la atención médica para poder conservar su vida, sin importar su estado físico o mental.
Notas:
[1]. Ver http://www.vidahumana.org/vidafam/aborto/dx_index.html.
[2]. El bebé se saca en pedazos, ver http://www.vidahumana.org/vidafam/aborto/dilatacion-evacuacion.html.
[3]. “Will justice be done for Bay Rowan?”, abril 30, 2005, www.worldnetdaily.com/news/article.asp?ARTICLE_ID=44052.
[4]. “Abortion staff ignores baby boy born alive?”, abril 25, 2005, www.worldnetdaily.com/news/article.asp?ARTICLE_ID=43962.
Directora Ejecutiva de VHI
El 2 de abril del 2005 el número de teléfono de emergencia en EEUU: 911, recibió una llamada. Un bebé había sobrevivido un aborto provocado en un abortuario de Orlando, Florida, llamado EPOC Clinic. Allí había acudido su madre, Angele, una joven divorciada que tiene otros dos hijos, porque pensó que no tenía otra opción.
Entre los métodos que le ofrecieron para abortar a su tercer hijo, de 22 semanas de gestación, estaban: el aborto de nacimiento parcial [1], la dilatación y extracción (desmembramiento del bebé vivo) [2], y la inyección de digoxina en el corazón de la criatura para matarla, seguida de una droga para provocar el parto el día siguiente. Para que la madre pueda expulsar al bebé, se le inserta en la cérvix laminarias, que son objetos en forma de palillo, con un diámetro de medio centímetro y confeccionados con algas marinas. Se expanden con la humedad, dilatan la entrada al útero y la madre puede dar a luz a su bebé, usualmente muerto.
Angele había escogido el método de la digoxina para que su bebé no sufriera. “Quería que fuera de la manera más humana e indolora”, dijo llorando después de haberlo abortado. “Me dijeron que insertarían la aguja directamente en su corazón, lo pondrían a dormir y no sentiría nada.” Pero según Angele, la inyección no le fue administrada al bebé, porque lo estuvo sintiendo moverse durante toda la noche y finalmente por la mañana su hijo nació vivo [3].
Angele contó en una entrevista al periódico electrónico “World Net Daily” [4]: “Después de haber tomado las píldoras para inducir el parto a las 5 AM, acudí al abortuario poco antes de las 9 AM. Tuve que esperar afuera con mucho dolor y llorando, hasta que abriera la clínica… entré y me dijeron que el médico no llegaba hasta las 2 PM, y que aunque diera a luz tendría que esperar por él… Las contracciones se hicieron cada vez más fuertes… La empleada se marchó de la habitación y yo comencé a sangrar… Después de un pujo agonizante, sentí y oí algo salir…allí estaba mi hijo. Comencé a llorar y me acosté en el suelo. Miré a mi hijo una y otra vez. Estaba horrorizada de que lo había dado a luz en un retrete. Su pierna derecha se movió y se encogió un poco como si tuviera frío. Grité pero nadie vino…y cuando finalmente entró la empleada le mostré a Rowan [nombre que Angele le había dado a su hijo antes de abortarlo], le dije que estaba vivo y le pedí que llamara al 911. Me contestó que me acostara y que llamaría a su supervisor, pero nadie vino. Continué acariciando y confortando a mi hijo frotándole la espalda, el estómago y el pecho…una y otra vez le decía que lo amaba y que todo estaría bien…Puse mi dedo en su pequeña manito y sus deditos lo agarraron…Una y otra vez le dije lo lindo y lo fuerte que era, y lo orgullosa que estaba de él…. que Dios realmente quería que estuviéramos juntos porque había sobrevivido todo; que su mamá lo sentía mucho, y que estaba feliz por poder tener la oportunidad de amarlo. Le dije que era mi pequeño milagrito y que quería que sus hermanos lo conocieran. Lo tocaba una y otra vez, tratando de darle calor con mis manos y hablándole para que no sintiera más temor del que ya probablemente sentía.”
Angele pidió ayuda desesperadamente a gritos para salvar a su hijo, pero al no recibirla de los empleados del abortuario, logró telefonear a su amiga, quien llamó al 911. Cuando llegaron los para-médicos los del abortuario les dijeron que allí no había ninguna emergencia. Estos se marcharon y al no tener asistencia médica alguna, Rowan murió en los brazos de su arrepentida madre [5].
El Dr. James S. Pendergraft, quien fundó el abortuario donde murió Rowan, y donde su madre Angele quedó psicológicamente dañada quizás para el resto de su vida, es muy conocido porque lleva a cabo abortos en las últimas etapas del embarazo. Había sido condenado en febrero del 2001 por extorsión y estuvo encarcelado durante siete meses, pero salió absuelto antes de terminar el resto de la condena [6].
Un joven productor puertorriqueño llamado Ángel Manuel Soto, produjo un filme corto sobre el caso de Rowan que se ajusta totalmente a la verdad. Es uno de los filmes más impactantes que he visto. Está en inglés con subtítulos en español y se titula “22 semanas”. Aquellos que lo deseen, en http://www.22weeksthemovie.com/index-flash.html pueden ver algunas escenas del filme y obtener más información.
En EEUU, los bebés que sobreviven el aborto en las últimas etapas del embarazo, son abandonados para que mueran o se ahoguen en el retrete donde generalmente caen. El Dr. Randall B. Whitney, quien lleva a cabo abortos, declaró durante un caso que estaba pendiente en los tribunales, que “generalmente…el feto [es expulsado y cae] en el retrete casi siempre…es más conveniente… asumo que a veces hay algunos movimientos que sugieren que hay vida…” Admitió que en esos casos no se le presta ayuda alguna al bebé. El testimonio del Dr. Whitney coincide con lo que dijo una ex-empleada del Dr. Pendergraft: que la entrenaron para que hiciera que las pacientes abortaran en el retrete, “para que si el bebé está vivo, se ahogue” [7].
El caso de Baby Rowan es uno de muchos en EEUU. Por ejemplo, en 1999 se descubrió que en un hospital en el Estado de Illinois se estaba poniendo a los bebés que sobrevivían el aborto en una alacena y se les abandonaba para que murieran. En la ciudad de Hialeah, Florida, las dos dueñas de un abortuario hispano Belkis González y Siomara Senises fueron encausadas cuando la policía encontró el cadáver descompuesto de una bebita en el techo de dicho abortuario. La criatura fue ahogada después de haber sobrevivido un aborto [8]. En el abortuario del Dr. George Tiller sobrevivió una bebita a quien él trató de inyectarle digoxina en el corazón para matarla, pero se equivocó, la inyectó en el cerebro y la dejó ciega. El trauma causó su nacimiento prematuro en el estacionamiento del abortuario. Sobrevivió y fue adoptada, pero murió unos años más tarde debido a complicaciones del intento de aborto [9].
Tres años antes del Caso de Baby Rowan, en el 2002, el presidente Bush había firmado el “Born-Alive Infant Protection Act”, una ley federal que obliga a los abortistas a darles tratamiento médico a los bebés que sobreviven el aborto. Sin embargo, depende de los diferentes Estados el aprobar leyes que lo pongan en vigor. En el portal http://www.bornalivetruth.org/ podrá ver un enlace [10] a un promo en español de la sobreviviente al aborto Gianna Jessen. En dicho promo, Gianna explica que el entonces Senador Barak Obama votó cuatro veces en contra de ayudar a los bebés que sobreviven al aborto. Existe gran preocupación en el movimiento provida de EEUU, con respecto a la acción que tomará el Senador Obama, elegido presidente en las elecciones del 2008.
Algunos bebés que han sobrevivido un aborto y se les ha dado atención médica, han continuado viviendo. En el website de VHI http://www.derechoalavida.org/ podrán ver el testimonio en vídeo de Sarah Smith, una de las sobrevivientes. En http://www.vidahumana.org/vidafam/aborto/sobre.html podrán ver fotos de otros sobrevivientes. Todos ellos, al igual que todos los demás seres humanos concebidos, deben tener el derecho a la atención médica para poder conservar su vida, sin importar su estado físico o mental.
Notas:
[1]. Ver http://www.vidahumana.org/vidafam/aborto/dx_index.html.
[2]. El bebé se saca en pedazos, ver http://www.vidahumana.org/vidafam/aborto/dilatacion-evacuacion.html.
[3]. “Will justice be done for Bay Rowan?”, abril 30, 2005, www.worldnetdaily.com/news/article.asp?ARTICLE_ID=44052.
[4]. “Abortion staff ignores baby boy born alive?”, abril 25, 2005, www.worldnetdaily.com/news/article.asp?ARTICLE_ID=43962.
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