Por un proyecto sobre despenalización del aborto, presentado por el bloque socialista del Concejo Municipal, los concejales nos vimos forzados a debatirlo por la insistencia, en un cuerpo que no tiene competencia para modificar la legislación penal, ya que es de exclusivo resorte del Congreso nacional. Un proyecto que le solicitaba a diputados nacionales, como si fueran "niños", a que traten los proyectos presentados, justamente a representantes del pueblo que no lo tratan porque no quieren tratarlo, por la única y exclusiva razón de que no existe una voluntad mayoritaria para darle tratamiento y, consecuentemente, aprobar la despenalización del aborto. De lo contrario, hay suficientes ejemplos de que cuando hay voluntad mayoritaria y consenso los proyectos salen con una rapidez asombrosa.
¿Qué sentido tuvo entonces insistir con el tratamiento por parte del bloque socialismo, en una institución sin competencia para modificar la legislación penal y sobre un tema que divide a la sociedad? No cabe dudas que una razón eminentemente política. El socialismo hace gala de su posición abortista, dicen que está en su plataforma, dijeron que la mujer debe tener la libertad para hacer lo que quiera con su cuerpo y que hay que evitar muertes por los abortos clandestinos.
Sin dudas que todos estamos de acuerdo sobre que hay que evitar muertes de mujeres, pero de los seres ya concebidos no. ¿Son parte del cuerpo de la mujer o ya es otro ser? La ciencia, la verdad científicamente acreditada nos enseña que hay vida desde la concepción, ni qué hablar del desarrollo a las 12 semanas desde la concepción, fecha hasta donde proponen legalizar el aborto. Sí, con fecha, con término. Basta observar imágenes, mudas o con sonido si prefieren. Hablan por sí solas. Y cuidado no confundan, no es una óptica desde la religiosidad, desde un credo, desde la fe. Sólo desde la verdad científica.
Las argumentaciones a favor fueron variopintas, pero ninguna contestó mi pregunta: ¿sostienen que no hay vida desde la concepción? El silencio, la elusión o el cambio del eje de la discusión fue la respuesta.
Todavía me sigo preguntando: ¿era necesario debatir en el Concejo Municipal de Rosario sobre el aborto? ¿En una ciudad donde hay 100 villas de emergencia, en la que viven 180.000 ciudadanos, más de la mitad mujeres, y que mueren en muchos casos por su condición? ¿No hace 14 años que gobierna el socialismo? ¿En este tema la vida de las mujeres no vale? ¿No era más conveniente someter a debate esta problemática? ¿No es más serio y conveniente el debate en un ámbito en el cual participen académicos, colegios profesionales, la universidad, especialistas en las ciencias médicas y jurídicas? o ¿invitar a prestigiosos profesionales para que cuenten las experiencias en sus países?
¿Era necesario que 22 concejales de la ciudad de Rosario, ninguno de profesión médico, muchos levantando la mano sin el estudio profundizado que merece y exige la temática, debatiera sobre el aborto? ¿Era necesario? ¿Qué se logró? ¿Hacer creer al país que Rosario es abortista? ¿Quién lo dijo, 17 votos? ¿Quién los votó para que los representen a favor del aborto?
Hechos como este me hacen creer que el mundo está al revés.
Por Jorge R. Boasso
Concejal por Intransigencia y Renovación Radical.
jueves, 4 de septiembre de 2008
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