Una niña de 11 años que apoya a Priests for Life me mandó hace muy poco el siguiente mensaje de correo electrónico: “Mi mamá y yo tomaremos un autobús para ir a la Marcha por la Vida. Mi maestra dijo que me va a poner un cero en cualquier tarea que deje de hacer y que no podré recuperarla. Le dije que perder un día de clase para manifestar por la vida es más importante y que estoy dispuesta a sufrir las consecuencias.”
Eso es lo que más necesita el movimiento pro-vida, gente que diga “estoy dispuesto a sufrir las consecuencias.”
Los niños que en este momento viven y crecen en el vientre enfrentan un grave riesgo sin haberlo elegido. Viven en un lugar que se ha convertido en el más peligroso blanco terrorista y campo de batalla. A cada minuto sus vidas se encuentran pendiendo de un hilo. No eligieron este riesgo; otros lo han elegido por ellos.
Los que defendemos a estos niños tenemos que estar dispuestos a aceptar compartir ese riesgo. Eso es solidaridad. Asumimos voluntariamente el riesgo al que ellos están sometidos involuntariamente. Algunos preguntan que tienen que hacer para acabar con el aborto. Casi todos conocen la respuesta. Ven el próximo paso, pero están tratando de juntar el coraje necesario para darlo. Involucra riesgo y no hay forma de evitarlo. Tenemos miedo de hablar y de actuar. Quizás sea porque nuestro párroco no nos apoya, o porque tendremos problemas en el trabajo. Quizás nuestros amigos y nuestra familia no comparten nuestra postura a favor de la vida, o pensamos que perderemos negocios o votos. Quizás tenemos miedo de que afecte nuestra salud. Continuamente calculamos en nuestras mentes y nuestros corazones y por eso terminamos paralizados en la inacción.
Siempre nos dicen las razones por las que no podemos hablar contra el aborto. Si hablamos en la Iglesia, nos dicen que es muy político; si hablamos en el terreno político, nos dicen que es muy religioso. Si hablamos en los medios de comunicación, nos dicen que hiere sensibilidades; en ambientes educativos, es inquietante. En las calles, hace daño a los niños, en el mundo de los negocios es muy controvertido; en las familias, causa división y en ambientes sociales es descortés. Pero si el aborto es algo malo, ¿adónde podremos ir a decirlo?
La respuesta es que tenemos que dejar de buscar un lugar libre de riesgo para pelear contra el aborto y ¡hablar en todos los ámbitos! Hay un cálculo hecho en el cielo que dice: “No hay amor más grande que el que da la vida por sus amigos.” Si queremos proteger a los no-nacidos, entonces empecemos a estar dispuestos a dar nuestra vida por ellos. Dejemos de calcular lo que nos costaría hablar y empecemos a pensar en lo que les cuesta a ellos nuestro silencio. El movimiento pro-vida no necesita mucha gente, necesita gente que esté dispuesta a asumir muchos riesgos.
Eso es lo que más necesita el movimiento pro-vida, gente que diga “estoy dispuesto a sufrir las consecuencias.”
Los niños que en este momento viven y crecen en el vientre enfrentan un grave riesgo sin haberlo elegido. Viven en un lugar que se ha convertido en el más peligroso blanco terrorista y campo de batalla. A cada minuto sus vidas se encuentran pendiendo de un hilo. No eligieron este riesgo; otros lo han elegido por ellos.
Los que defendemos a estos niños tenemos que estar dispuestos a aceptar compartir ese riesgo. Eso es solidaridad. Asumimos voluntariamente el riesgo al que ellos están sometidos involuntariamente. Algunos preguntan que tienen que hacer para acabar con el aborto. Casi todos conocen la respuesta. Ven el próximo paso, pero están tratando de juntar el coraje necesario para darlo. Involucra riesgo y no hay forma de evitarlo. Tenemos miedo de hablar y de actuar. Quizás sea porque nuestro párroco no nos apoya, o porque tendremos problemas en el trabajo. Quizás nuestros amigos y nuestra familia no comparten nuestra postura a favor de la vida, o pensamos que perderemos negocios o votos. Quizás tenemos miedo de que afecte nuestra salud. Continuamente calculamos en nuestras mentes y nuestros corazones y por eso terminamos paralizados en la inacción.
Siempre nos dicen las razones por las que no podemos hablar contra el aborto. Si hablamos en la Iglesia, nos dicen que es muy político; si hablamos en el terreno político, nos dicen que es muy religioso. Si hablamos en los medios de comunicación, nos dicen que hiere sensibilidades; en ambientes educativos, es inquietante. En las calles, hace daño a los niños, en el mundo de los negocios es muy controvertido; en las familias, causa división y en ambientes sociales es descortés. Pero si el aborto es algo malo, ¿adónde podremos ir a decirlo?
La respuesta es que tenemos que dejar de buscar un lugar libre de riesgo para pelear contra el aborto y ¡hablar en todos los ámbitos! Hay un cálculo hecho en el cielo que dice: “No hay amor más grande que el que da la vida por sus amigos.” Si queremos proteger a los no-nacidos, entonces empecemos a estar dispuestos a dar nuestra vida por ellos. Dejemos de calcular lo que nos costaría hablar y empecemos a pensar en lo que les cuesta a ellos nuestro silencio. El movimiento pro-vida no necesita mucha gente, necesita gente que esté dispuesta a asumir muchos riesgos.
la verdad felicitoo este posteoo y es 100% verdadero lo q dice!! no estamos comprometidos a dejar todo por Cristo rey y por los niños por nacer , nos quedamos en las sensiblerias baratas , en lo q nos aconseja el parroco , y hasta en algunos casos lo q manda el obispo de turno!! esto es UN COMBATE ,estammos en una GUERRA espiritual y terrenal, y nuestro enemigo no es ni mas ni menos q el demonio rebestido de partidos de izquierda , rebestido de pan y rosas y de todos los q ustedes quieran pero es el demonio, y si no combatimos contra el que nos queda? quedarnos sentados en casa mirando por la tele como en el congreso de la nacion , en nuestras legislaturas se aprueban leyes antinatura , quedarnos mirando como nos rayan y nos ensucian las catedrales en cada encuentro de mujeres porque no hay catolicos sufucientemente valientes para defenderla ?SI NO SE CONSIENTIZA A LOS PROVIDAS DE Q HAY UN PROBLEMA Y Q ES GRAVE , no vamos a avanzar!!
ResponderEliminarmis saludos en Cristo Rey y Maria de Guadalupe
DOMINO CHISTO VERO REGI MILITATURUS