Al visitar la parroquia en que fue bautizado Pablo VI
El pontífice quiso concluir este viaje de un día, visitando la parroquia de Concesio, pequeño pueblo situado cerca de Brescia, en la que fue bautizado Giovanni Battista Montini el 30 de septiembre de 1897.
En su homilía leída en el pequeño templo, el pontífice reconoció: "no es fácil ser cristianos".
"Se necesita valor y tenacidad para no conformarse con la mentalidad del mundo --añadió--, para no dejarse seducir de la potente llamada del hedonismo y el consumismo, para afrontar, si es necesario también, las incomprensiones e incluso persecuciones".
"Vivir el bautismo implica permanecer sólidamente unidos a la Iglesia, incluso cuando vemos en su rostro sombras y manchas".
"Ella nos ha regenerado a la vida divina y nos acompaña en todo nuestro camino: ¡amémosla, amémosla como a nuestra auténtica madre!", exhortó el obispo de Roma.
"Amémosla y sirvámosla con un amor fiel, que se traduzca en gestos concretos dentro de nuestras comunidades, sin ceder a la tentación del individualismo y del prejuicio y superando toda rivalidad y división", afirmó.
"Así seremos auténticos discípulos de Cristo", concluyó, recogiendo las enseñanzas y experiencias del Pablo VI sobre el bautismo, sacramento a través del cual tiene lugar "la transfusión del misterio de la muerte y resurrección de Cristo en sus seguidores".
El Papa concluía así una visita de casi doce horas a Brescia, dedicada a su predecesor, en la que inauguró la nueva sede del Instituto Pablo VI.
Por Roberta Sciamplicotti
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