La Asamblea Feminista de Madrid basa su campaña proabortista en el insulto a los católicos.
Cartel feministaREDACCIÓN HO.- Cuando no tienen más que escuchar para comprobar que la defensa del no nacido y de la mujer frente a la violencia abortista no es un asunto de credos, de ideologías o de planteamientos políticos, sino de los más elementales criterios naturales y científicos, los proabortistas prefieren mantener su sordera. Si ya desde el Gobierno la emprendía las pasadas semanas contra los católicos, la Asamblea Feminista de Madrid no se quiere quedar atrás. Si el Ejecutivo despreciaba el clamor ciudadano contra el aborto intentando reducirlo a cuestiones de fe y "rituales", cuando no entraba de lleno en el insulto y la injuria, ahora son otras quienes recogen el testigo.
La amplia respuesta de la sociedad civil en defensa de la Vida les pone nerviosos. En una campaña de recogida de firmas por la despenalización del aborto, sin venir a cuento, el citado colectivo no ha encontrado más argumento para sus tesis que el de la mofa contra los católicos y, con ello, el desprecio a la libertad y convicciones más profundas de millones de ciudadanos españoles.
Con el mensaje "no a la ingerencia (sic) de la Iglesia", imprimen a modo de estampilla, sobre la imagen de la Virgen, su peculiar "oración por el derecho al aborto". Entre otras lindezas, expresan "danos la gracia de no ser vírgenes ni madres" o acusan a la Iglesia de ejercer una "misógina opresión", a la par que entre un remedo del Padre Nuestro y del Ave María, abogan porque "venga a nosotras el derecho a cuestionar si es bendito el fruto de nuestro vientre".
En medio del malestar que todo ataque a las libertades entraña, al menos quienes defendemos la Vida al margen de cualquier creencia religiosa, pero que nos rebelamos ante estos ensañamientos sinsentido, debemos alegrarnos por que vean muy crudo el alcance de sus objetivos; y es que las feministas consideran un "milagro" que se llegara a legalizar el aborto. Así sea.
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